De a poco nos vamos acercando al final de nuestras entregas con los relatos de José Eduardo Solís, más conocido como “Lalo”. Esta vez, lo haremos con relatos más extensos.
En la parte 4, “Lalo” había contado sobre sus primeras experiencias en el enduro. Y continúa…
“En un momento apareció un grupo con German Guntern. Organizaba las carreras y ahí vuelvo a correr, pero sólo hacia algunas porque no me quería perder eso de hacer sendas con otro grupo. Eso era lo que más me gustaba: conocer los paisajes, los montes, investigar los cerros, que parecían imposibles de trepar, pero les buscábamos la vuelta y lo hacíamos. Me gustaba conocer la gente de la montaña. Era una aventura hacer eso, había varios que competían en encontrar sendas. Roberto Mambrini, Guntern, por amistades que tenían conseguían planos militares. No había ninguna tecnología, todas las semanas se hacían sendas nuevas. Era una gran aventura, yo me prendía con todos”.
“Me acuerdo que, a mediados de los 90, corro un Transmontaña con Gustavo Lajud. ‘Ruly’ Becker corría con Norberto Benavides, el papá de Luciano y de Kevin. Nosotros largábamos delante de ellos, que eran más rápidos. Decidimos esperarlos y cuando nos pasaban tratábamos de seguirlos. En esa época ‘Ruly’ andaba muy bien y sale campeón argentino. Corrí varios, gané e hice varios podios. Una vez fue con José Apichela, otra con Mario Röhmer. En una oportunidad corrimos tres: Pedro García, Juan Paz y yo. En esa nos enredamos con el “Ácido” Roda y con Alfredo Cabello; veníamos los cinco como en una carrera de motocross. Antes del final nos cerraron una tranquera y no podíamos llegar. Ahí se armó un lío con los tiempos, pero al final nos dieron ganadores a los cinco. Después corrí en pareja con Cabello, también hicimos podio”.
“Creo que por el 96 fui normalizador de la Federación, para poner un poco de orden en lo que era el motociclismo, en todas sus disciplinas. El enduro andaba muy bien, pero el cross y la pista estaban desorganizados. Me acuerdo que como normalizador tenía que nombrar a un deportista del año en motos y lo elegí a ‘Ruly’ porque estaba andando muy bien: corrió tres campeonatos (Tucumano, NOA y Argentino) y los ganó a todos. Ahí fue cuando Bussi me manda a marcar la traza para hacer el camino de la Quebrada del Portugués. Ellos habían mandado las máquinas de abajo y de arriba, pero no sabían por dónde unirlas. Me fui con el ‘Alemán’ Röhmer, nos quedamos en el medio de la montaña llegamos a un lugar donde había muchas cañahuecas muy altas, no pudimos pasar con las motos, y tuvimos que pasar la noche. Tremendo frío pasamos, sólo nuestras mujeres sabían que habíamos ido. Ellas llamaron a Juan Lonac, quien fue el que nos rescató. Salimos caminando a la quebrada. Después volvimos con la gente del Ejército para poder rescatar las motos.”
“En esa época también fue que se cerró la importación y traíamos motos de Brasil. Hubo algunos operativos y quitaron muchas, pero cuando fue la inundación de Tafí las devolvieron con la condición que ayuden en la situación. Las motos eran las únicas que podían llegar a algunos lugares”.
“Yo corro por última vez en 2004. Dije ‘corro este año y me retiro de las competencias’. Yo tenía 50 años, corría en la categoría de más de 50, pero también me inscribí en la de más de 40 y 45. Gané creo que los tres campeonatos, eso fue porque ese año me propuse y corrí todas las carreras, que era fundamental para ganar los campeonatos. Había muchos y buenos rivales en esa época, uno de ellos era Luis “El Mono” Reyes”.
“Después se separaron a los enduristas de carreras (los pisteros como les decíamos nosotros) y a los de sendas. Los pisteros ya tenían un tremendo entrenamiento y era difícil correrles. Después, creo que ‘Edy’ Pinello, con el “Negro” Miguel Palomino, fundan la Federación Argentina de Enduro. Pero duró poco porque se la lleva, si mal no recuerdo a Mendoza, Erik Nevels (seis veces campeón argentino de enduro), buen corredor y dirigente. Aquí en Tucumán nunca fuimos unidos, por eso no duraba nada. Las otras regiones eran más unidas y cuidaban mucho el motociclismo zonal. Aquí todos queríamos ser caciques. Creo que hasta hoy pasa lo mismo, nunca fuimos buenos en ese aspecto. Aquí, si vos querés hacer algo, yo te pongo el palo porque no soy yo el que lo hace, y después no hago nada. Lamentablemente es así.
¡La “serie” con “Lalo” está en su parte final! ¿Qué más nos tendrá reservado?
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¿Quieren más? ¡Paciencia! Se acerca el final, contado por “Lalo”. ¡Imperdible!