Toda una vida ligada al automovilismo, desde chico, fue la que tuvo Fernando “El Gordo” Cadiñanos. Le tocó nacer en Concepción, donde en aquellas épocas todo era automovilismo y él no fue ajeno a esto, puesto que desde muy chico y de la mano de su padre, se metió en el deporte.
De profesión contador, Fernando tenía 68 años de edad y atravesaba serios problemas de salud desde hace varios meses.
Además de dirigente del automovilismo, fue funcionario de la Municipalidad de Concepción, de la Secretaría del Interior de la Provincia y del Partido Justicialista.
Fue preparador de autos, piloto, dirigente. Cualquier función lo tenía como protagonista. Lo hizo en los años del Turismo Nacional, luego fue en la categoría más importante que tuvimos en pista en el norte, la Monomarca Dodge 1500, en la que demostró sus condiciones como piloto.
Después fue el turno de la dirigencia, como presidente del Concepción Auto Club, desde donde por muchos años organizó los rallies más importantes de la región, durante muchos fechas por el Campeonato Nacional. Ya en sus últimos años fue el encargado de dirigir el rumbo del automovilismo desde la Federación, desde donde incansablemente guió el rumbo de los motores de la provincia.
Por supuesto que durante toda su vida en su taller, preparó un sinnúmero de autos, de muchos pilotos, algo que estuvo haciendo hasta los últimos días, llevando adelante la preparación de los UTV de la familia Reginato.
Hace prácticamente un año, Motorplus Tucumán le había consultado a Cadiñanos sobre cuál era el problema de salud que tenía…
La partida de este incansable integrante de la familia de los motores se hará sentir, sin dudas.