Veloces historias navideñas (Parte I)

Las actividades deportivas del mundo, en una fecha tan particular como la del 25 de diciembre, son más bien escasas. En ocasiones, el fútbol y el básquet pueden ofrecer algún espectáculo. ¿Automovilismo? Nada de nada. Si hablamos del Hemisferio Sur, las temporadas de a esta altura del año ya están finalizadas. En el Norte, el frío obliga a un parate. Sin embargo, aunque acción no haya, hay historias para contar. Y buena parte de la celebración de la Navidad tiene en ellas a una de sus cuestiones encantadoras.

Se sabe, la comunidad cristina celebra la noche de vigilia el día 24 esperando, a partir de las 12 de la noche, es decir el primer segundo del 25, el nacimiento de Jesucristo en Belén. La Navidad, (en latín: nativitas “nacimiento”), es una de las festividades más importantes del cristianismo. Esta solemnidad, la celebran la Iglesia católica, la anglicana, la ortodoxa rumana  y algunas comunidades protestantes. En Occidente empezó a conmemorarse a mediados del siglo IV y se celebró por primera vez en Constantinopla en el año 379.

Ubicados ya en el plano de la conmemoración, echamos un vistazo a las efemérides. Y lo específicamente relacionado a los motores, hay dos hechos que se destacan.

Uno es más cercano en el tiempo, aunque sucedió en el siglo pasado. Nos ubicamos en 1907. Y allí encontramos, por ejemplo, que un 25 de diciembre, Jorge Newbery hizo el primer vuelo aerostático argentino a bordo del globo Pampero. ¿Qué tiene que ver con las actividades mecánicas? Que el precursor de la aviación nacional fue también piloto. Sí, así como lo leen. Por esos años la llegada de vehículos se hacía sentir y Newbery adquirió uno en Europa: era un Blasier de carrera, con el que hizo numerosas tiradas y una carrera, en 1911. Fue en Buenos Aires, en un mano a mano con su amigo y ocasional rival, Ignacio del Carril. No sólo le ganó, sino que en los primeros metros le sacó tal ventaja que se dio el lujo de dar vuelta la cabeza y saludarlo.

El segundo hecho toca de cerca a una marca de autos que aún hoy genera pasiones. Un 25 de diciembre de 1878 nació Louis Chevrolet en un pequeño pueblo de Suiza, llamado Chaux-de-Fonds. ¿Les suena? Sí, Chevrolet, la casa del moño tuvo su origen en este señor, que a los 22 años se radicó en Estados Unidos. Su socio fue William Crapo Durant.

El 3 de noviembre de 1911, Chevrolet ingresó en el mercado automotor compitiendo contra el Ford Modelo T. Un año después el “Classic Six” fue introducido en el mercado. Se trataba de un sedán de cinco plazas con un motor de seis cilindros y 299cc (4,9 litros), que llegaba a una velocidad máxima de 24 kilómetros por hora.

Desde entonces, la historia siguió con mucha gloria y pasión, alrededor de todo el mundo.

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