Una historia de las buenas

“Tiene que haber sido a finales de los años 60, o principios de los 70”. La memoria “fina” de Carlos “Lito” Mohamed se pierde en el detalle de la fecha, pero no en lo que resulta más importante al ver esta foto. “Esa moto tenía un motor del que hay una gran historia. Se hizo con dos motores, era un injerto”, asegura.

“Lito” despliega una batería de datos. “La categoría era de preparación libre. Entonces se me ocurrió adaptar un motor de un kart 100cc directo. Tenía dos carburadores. Después de varios meses de trabajo, logré soldarle una caja de velocidades, uno al carter y otro al cilindro. En ese tiempo no cualquier soldaba aluminio, yo acudía a un italiano, Grassio, que reparaba bicicletas, estaba en la zona de plazoleta Mitre al norte”.

Mohamed asegura que el debut de esa moto fue en el autódromo, que ya tenía su pista asfaltada. “No hacía mucho que lo habían inaugurado, era hermoso. En la foto estoy con con un amigo, al que nunca más volví a ver. Creo que se llamaba Ramón. Podría haber sido el “Gringo” Suárez el que sacó la foto”.

Los recuerdos afloran con naturalidad. “Gané mucho con ese motor. Hasta ‘Tim’ Noguera lo hizo. Me acuerdo que un día, debido a una hepatitis, no podía correr. Y como lo conocí a ‘Tim’, le ofrecí correr con esta moto. Fue tremendo lo que hizo”.

Cuando se le consulta si se llevó por alguna referencia para armar la moto, fue concreto: “me lo imaginé yo, pensé cómo sería con la caja relacionada de Zanella 175cc, modelo del que además usé el embrague. Me permitía acomodar la transmisión como quería, tiraba 12.000 vueltas directo”.

Y si es por los detalles, “Lito” los recuerda como si fuera hoy. “La moto usaba cubiertas Mandrake adelante, era una que tenía rayas. Se agarraba más al asfalto. Atrás llevaba una Pirelli, con dibujo distinto. Siempre se procuraba que fueran nuevas. Y yo corría con jeans, remera y casco, como se estilaba en la época. Eso sí, me ponía mocasines doble suela comprados en Ersay, en el centro de San Miguel, una casa a la que mi mamá solía llevarme desde niño”.

Una historia de las buenas contada por “Lito”, desde una foto que habla por sí sola.

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