Cuando todos miran el campeonato obtenido por Tadeo Scalora, piensan y dicen: “mirá qué tremendo, en su primer año como piloto”. Pero pocos saben que lo del juvenil piloto no comenzó a principios de año, sino mucho tiempo atrás, cuando decidió correr en el rally y empezó a realizar un trabajo bastante duro para poder llegar a este logro.
Para él fueron muchas horas de cursos, de aprendizaje. Muchas horas de pruebas. Muchas horas haciendo lo que es lo más lógico para comenzar a competir: prepararse. Es por eso que para los que lo conocemos, sabemos que a pesar de su corta edad tiene mucha experiencia. Tadeo planifica, comete muy pocos errores y todo eso se vuelca a los relojes, que es cómo se ganan las carreras.
Scalora decidió hacer el Campeonato Tucumano y, a pesar de no haber corrido una carrera, llegó al final con posibilidades. Y lo hizo después de varias en las que fue protagonista y peleó con los más experimentados.
Pero tuvo que sobreponerse a situaciones que, para una persona de su edad, son bastante difíciles. Pero él las asimiló muy bien y hacemos de nuevo hincapié en que lo pudo hacer por su preparación. En la quinta fecha del sábado en Lules, en la primera prueba especial, tuvo un problema y se vio obligado a abandonar. En ese momento se le desboronaban todas las expectativas del campeonato. El domingo, en la sexta, salió decidido a ganar todo a pesar de sus pocas posibilidades. Pero a medida que pasaba la carrera se fueron dando las situaciones y se dio con la posibilidad de poder ser campeón. Fue entonces cuando salió el temple y la tranquilidad para hacer todo bien y no cometer errores, algo no tan fácil de hacer en esas situaciones y eso fue lo que le dio su merecido campeonato.
Esto dijo Tadeo al final de la carrera: “estoy muy emocionado, muy contento. Cuando nos quedamos en el primer tramo, pensamos que ya terminaba ahí lo de nosotros, pero bueno, pudimos seguir adelante. Luego se dieron todos los resultados y logramos terminar de la mejor manera“.
También contó sobre cómo fue para él el último tramo: “parecía que no terminaba más. Sabía que teníamos que salir despacio a cuidar el auto, y por más que veníamos despacio, le sentía todo tipo de ruidos. Todo trabajo da sus frutos, dimos lo mejor de nosotros, tanto yo como Pablo (Chavarría) mi navegante y todo mi equipo. Gracias a Dios se nos dio”.
También resumió lo que es correr con su padre Fabián: “recién antes de largar el último tramo me dijo ‘salí despacio que tenés que terminar’, y yo le decía lo mismo y me puteaba, diciendo que me concentre en mí”.