Por la vía legal y con unión, busquemos recuperar a nuestro automovilismo

En el país y en el mundo el automovilismo sigue. Pero en Tucumán no. Y uno se pregunta, por qué acá no podemos llegar a tener mucho y buen automovilismo. A la altura en que estamos del año, más allá del tiempo de pandemia en el que se no podía correr, en la provincia se sigue sin acelerar.

Afuera, todos los panoramas se abrieron. Pero en Tucumán no hay karting de tierra ni sobre asfalto. Ni autocross. Sólo se hicieron dos fechas del rally y hay anunciada otra para diciembre (es de esperar que se pueda hacer). La pregunta es, ¿por qué nos cuesta tanto?

Es inevitable ver cómo se hacen las cosas. ¿Será culpa de los dirigentes? Seguro que tienen participación. Tengamos en cuenta que cada vez hay menos dirigentes. Cada vez hay menos gente que quiere organizar cosas, es decir, pasar su tiempo libre haciendo cosas para que otros corran, se diviertan.

Quizás hace algunos años los dirigentes tenían mucho tiempo para organizar peñas, armar carreras. Hoy ya no hay tiempo y hay que trabajar. Y el trabajo es duro, ocupa un espacio precioso, y a veces el dirigente no puede distraerse para hacer competencias.

Ahí radica una de las razones para estar tan distantes de lo que está pasando con los calendarios en otros lugares, que se arman con muchas fechas. En Tucumán estamos lejos de eso. Pero también estamos lejos de tener siquiera cinco o seis fechas. Y de tener un campeonato acorde con nuestra medida. Pero, ¿por qué?

Hay que pensar en lo que hacemos. Hoy hay casos como el del karting de tierra tucumano, que no empezó a correr y ya tiene problemas internos entre quienes están haciendo esta especialidad del automovilismo. Los de Alberdi, los de Lamadrid, los de Alto Verde, los de Concepción. Los que trataron de comenzar a hacerlo se enfrentaron a estas dificultades.

Más allá de los dirigentes, que están discutiendo entre ellos para decidir quién va a ser el que va a llevar adelante al tierrero, está el tema de los pilotos. Que parece que no piensan de manera amplia sobre la situación. Ellos están tratando de ir para un lado, es decir, correr, pero no quieren acatar las reglas. Y seguimos con el mismo tema. No se quieren hacer la revisión médica, no se quieren federar ni pagar inscripción. El no quiero se impone. Pero sí quieren estar en un circuito en condiciones, que se pueda girar, que no se rompa, que esté regado, que tenga baños. Quieren todo eso, pero no quieren pagar nada. Es decir, quieren hacerlo gratis.

Cabe la pregunta: ¿quién puede trabajar gratis para un piloto hoy? ¿Quién podría hacerlo para que ellos tengan todas las medidas de seguridad -que deben pagarse y que son caras-, para que ellos puedan practicar el deporte?

Este es un tema de dirigentes y pilotos, pero también de mecánicos. Porque están los que quieren hacer el reglamento de una forma o de otra. O deciden irse con el que mejor hace las cosas. O quizás el que puso el reglamento más a favor. O deciden ir a correr a ciertos lugares si organiza tal o cual persona.

Todos son partícipes de este automovilismo que tenemos. Como también quienes integramos el sector de prensa, tal vez por no decir a veces las cosas como son, por no tratar de empujar a que se hagan las cosas bien.

Hacer automovilismo en la F-1 o en el karting tierrero y/o el autocross no cambia mucho desde lo reglamentario deportivo. Lo que sí cambia es la adaptación de cada persona, piloto o dirigente en su lugar. Aquí no se habla de dinero ni de tecnología, sino de reglamento y de acatar las reglas.

Los reclamos deben quedar siempre bajo el marco del respeto al reglamento. Queremos reclamar, lo hagamos, pero tratemos de entender a los que están buscando resolver los problemas que se generen en el momento. Pasa en la F-1, en el STC2000. Más allá que un comisario deportivo tenga razón o no, son los que fueron puestos para hacer y actuar en situaciones así. A algunos les gustará, a otros no, pero están para eso. Y se les debe respeto.

Qué difícil se hace todo cuando más al norte nos venimos. Aquí no contamos con muchos elementos y recursos que sí existen en otros ámbitos. Aquí prima el dirigente que actúa a pulmón, sin el apoyo de la tecnología que los ayude para tomar decisiones. Pero los pilotos siempre están para la crítica, para ensuciar las cosas en las redes sociales. Eso es lo fácil, lo absurdo, lo inservible. Lo hace muchísima gente, y lo hace muy bien. Por contrapartida, son muy pocos los que colaboran, los que buscan consensuar, los que ayudan.

Bueno sería buscar la unión. Estar todos juntos. Cada piloto disconforme con la dirigencia tiene voz para ir a la Federación de Automovilismo y tratar de hacer las cosas bien. Buscar personajes, “paracaidista”, que de manera aislada dicen “yo quiero hacer una carrera, un campeonato”, no funciona. Hay reglas, hay estatutos, hay reglamentos. Por la vía legal se puede hacer todo. Como en todos los órdenes de la vida.

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