Mucho trabajo, y espera

Se trata de uno de los pilotos de mayor trayectoria en nuestro rally. Durante años, su nombre estuvo integrando la nómina de inscriptos ante cada carrera. En el programa Motorplus Radio conversamos con Ariel Rosales, con quien hicimos un poco de historia y nos contó en qué trabaja para la vuelta.

– ¿Cómo estás pasando el momento?

– Totalmente fuera de ritmo, pero trabajando. Dentro de lo que es el trabajo del taller, le dedicamos siempre un tiempo a los autos de carrera para que no nos tome de sorpresa la vuelta.

– Hagamos un poco de historia, ¿cuándo comienzas a correr?

– Comencé en 1995, pero desde muy chico acompañé a mi papá cuando él corría. Se bajó para que yo empiece. La idea era que yo aprenda. Al principio éstámos últimos, pero de a poco fuimos mejorando, tanto el auto como yo. Recuerdo que en una carrera en Catamarca tuve un vuelco, mi papá se asustó bastante, pero me armó de nuevo el auto para la carrera siguiente. Ya en 2003 comenzamos con los Fiat 128 en el rally, hasta el día de hoy.

– ¿Fue muy importante el empujón de tu papá Alberto?

– Sí, él nos empujaba a que hagamos deportes, nos presionaba para que siempre estemos haciendo algo en los autos. A los chicos que se arrimaban al taller siempre les daba una mano para que puedan correr, le gustaba que haya muchos autos en competencia.

– ¿Pasaste por muchas categorías?

– Sí, comenzamos con el Fiat 600 en pista. Desde ahí saltamos al rally con el 128. Después pasamos a la categoría N-6 de aquella época, con un VW Senda. Luego adquirimos un Regatta de la A-6, volvimos al Senda, pero ya N-1 como está armado hoy, listo para correr.

– ¿Además del Senda está el VW Gol Trend?

– Sí, que para nosotros es todo un desafío. Es todo nuevo, especialmente el motor en la parte inyección, por lo que estamos aprendiendo. Ya está funcionando, falta ponerlo en la tierra para probar la suspensión.

– Además, tienen el Gol de pista…

– Sí, también está. Ese quedó un poco relegado, pero está. Fue idea de mi papá que fuéramos a correr en el Capicor de Córdoba. Ese auto es el que era de Lucas Mohamed. Está a mitad de proyecto. La idea es terminarlo en algún momento para poder cumplir el deseo de mi “viejo”, eso está pendiente.

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