La parte 4 de nuestras entregas con los relatos de José Eduardo Solís, más conocido como “Lalo”, nos lleva a los comienzos del enduro en nuestra provincia.
En la anterior puerta abierta a las anécdotas, “Lalo” nos había contado sobre la carrera de motocross en la que se quebró la tibia y el peroné en una carrera de motocross en Tafí Viejo. ¿Cómo siguió? Veamos…
“Cuando me recuperé, puse una casa de repuestos, me casé y me dediqué a trabajar. No corría, pero acompañaba a ‘Albertito’ Gómez a las carreras y le daba una mano con la moto. Fuimos a un Argentino en Buenos Aires, después a una carrera internacional.
Un día vuelvo, pero ya para hacer enduro. Comenzamos a abrir sendas, a meternos en San Javier, Villa Nougués. Comenzamos, yo con una Zanella Surumpio que compré en el 76, y ‘Albertito’ lo hacía con una Zanella Sapucai del tío. Después se comenzaron a acoplar. Me acuerdo que los primeros fueron ‘Enrri’ Galván y “Cepillo” Saptie. Formamos un grupo. Por otro lado aparecen los Bleckwedel con unas Gilera Macho SP, que tenían el escape para arriba. Nosotros andábamos por caminos consolidados y cuando veíamos un sendero nos metíamos hasta ver a dónde llegábamos. Entonces se nos acopla Juan Lonac, él sí sabía lo que era abrir un sendero. Era un deportista que ya había hecho caminando varios lugares. Nos lleva y nos enseña a hacer sendas. Las hacíamos caminando. También aparecen Osvaldo Apichela, también conocedor de la montaña, Mario Röhmer, conocedor de Tafi del Valle. Después llegamos a Raco y ahí se acoplan los hermanos Perea, Martín, Juan Carlos y Gustavo. Ellos eran buenos enduristas. Así comenzamos con el enduro.
A veces, cuando íbamos a investigar sendas, no había garantías de que lleguemos a algún lugar y uno pueda decir ‘volvamos’. Nos agarraba la noche y no podíamos salir, imagínense, a veces sin agua, con frío, nos quedábamos hasta con el casco. Había algunos que se enojaban porque yo me dormía y ellos no podían. Lo que yo hacía era pensar en que era un corredor de Fórmula 1, así me relajaba y dormía. Tenía mi técnica de relajación.
Algunos chicos, querían hacer carreras, porque no querían ir al motocross. Este ya tenía un nivel muy importante. En cambio, el enduro era más amateur. Así que nos convencieron y organizamos una carrera con Juan Lonac y Jorge Posse. Fue en la quebrada de Tafí Viejo, creo que en el año 80. Ahora es una senda de caminantes que sale al lado de la hostería. El circuito tenía más o menos una hora, terminaban ‘muertos’ los chicos, yo no la corrí porque estaba organizando. En esa época ya aparecieron motos importadas y no había categorías, corrían todos en la misma, con cualquier moto.
Un par de años después ya se arman comisiones de carreras y de paseos y se organizan campeonatos por categorías. Se hacían paseos y se ayudaba a mucha gente de montaña. En esa época, me acuerdo que en la avenida Mitre, se arma el Club Tucumano de Enduro y Rescate.
Más adelante, allá por los años 88, 89, se arma lo que fue el primer Rally Transmontaña. Fuimos a marcar las sendas, desde San Pedro hasta La Sala. No había computadoras en esa época. Me acuerdo que yo largaba la carrera, mi señora me ayudaba con los tiempos, teníamos que terminar de largar y salir a esperarlos a los participantes para tomar el tiempo en la llegada. El público nos ayudaba diciéndonos qué número de piloto venía, tomábamos los tiempos con reloj pulsera. Así también había problemas, porque había desconfiados por naturaleza que cuestionaban los tiempos, como siempre. Pero después, con el tiempo, nos hicimos todos amigos”.
¡La “miniserie” con “Lalo” cobra temperatura! ¿Qué más nos tendrá reservado?
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¿Quieren más? ¡Paciencia! Todavía quedan capítulos, contados por “Lalo”. ¡Serán imperdibles!