La seguridad, ese tema fundamental que no a todos importa

La seguridad “cero” en los deportes mecánicos no existe. Por más medidas de seguridad que se tomen, los accidentes graves y fatales en el deporte motor siguen estando.

La seguridad en un circuito, los sistemas de seguridad en los autos, la vestimenta de los pilotos, avanzan tecnológicamente día a día, pero a su vez también se incrementa el costo.

Un piloto de Fórmula 1 es una persona igual a cualquiera que corre en cualquier categoría del mundo. Tiene el mismo valor y hay que cuidarla de la mejor forma. Por supuesto que el presupuesto de la máxima categoría es gigante comparando con las zonales. Pero no por ello se puede descuidar y hay que tratar de hacer las competencias, de cualquier nivel, lo más seguras posibles.

Y así como un piloto de F-1 tiene que tener un apto físico para estar arriba de un auto de carreras, los pilotos de todas las categorías tendrían que tener el suyo.

Las anteriores son frases conocidas en el ambiente, pero que en algunos lugares no son respetadas. Y quizás los que menos las respetan son los primeros interesados en que se cumplan: los pilotos. Por supuesto no son todos, pero si investigamos el porcentaje es muy alto.

Si el circuito es inseguro y peligroso, “corramos igual, no nos va a pasar nada”, se dice.

“El auto no está técnicamente bien armado, o son deficientes los sistemas de seguridad”, se observa, se pide “déjame correr igual, que no me va a pasar nada”.

“La vestimenta del piloto no es la adecuada”, se advierte. Y viene la excusa: “no me alcanza el presupuesto”. Pero, vale decirlo, para pagar mucho por un mejor motor si alcanza.

¿Cuántos son los pilotos que se fijan antes de una carrera si están las ambulancias y si estas están en condiciones, con sus respectivos médicos o si están los rescates por cualquier accidente?

¿Cuántos son los pilotos que piensan que tener un seguro contra accidentes y un seguro de vida son necesarios antes de largar una carrera? Muy pocos. Y vuelve la frase “a mí no me va a pasar nada”.

¿Cuántos pilotos se hacen un examen médico a conciencia para saber si pueden manejar un auto de carreras? Por supuesto, aquí también aparece el “estoy bien, no tengo nada”.

Toda la seguridad de una carrera tiene un alto costo, el cual tiene que ser puesto por el organizador. Cuando el organizador tiene de dónde sacar los recursos no hay problemas. Pero cuando no, trata de improvisar, descuidar y hasta obviar algunas cosas, algo que no tendría que pasar, pero pasa. “Corramos igual, no nos va a pasar nada”.

Hoy se ven circuitos que no cuentan con la seguridad necesaria, desde la F-1, pasando por las mejores categorías nacionales y ni qué hablar de los zonales.

Hoy se ven padres que, con tal de que su hijo corra, lo mandan a hacerlo con vestimenta o cascos que no son los adecuados, como si no les importara la vida de sus pequeños.

Hoy se ven organizadores a los que les importa muy poco la seguridad de una competencia.

Hoy hay carreras que no tendrían que hacerse, pero se hacen.

Hoy los responsables de dar un permiso para que una competencia se haga dan la autorización, sin siquiera saber qué es lo que están autorizando.

Hoy hay municipios y comunas que pasan por alto todos los permisos y seguros, y autorizan cualquier tipo de competencia.

Hoy hay categorías que no piden un apto físico a los pilotos.

Y así podríamos seguir con muchos más ejemplos.

De lo que sí hay muchos ejemplos es de accidentes graves, que terminan con la vida de los pilotos, en algunos casos situaciones insalvables, pero que mayoría podrían haberse evitado.

Y lo que más duele al no tomar conciencia es que después que pasa, llega la frase “no tendríamos que haber corrido en esas condiciones”. Pero por lo general siempre es tarde.

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