Si los fanáticos de la F-1 pensaron que en el GP de Hungría habría de producirse el quiebre de la hegemonía de Max Verstappen, se equivocaron. El neerlandés no sólo ganó de punta a punta, sino que les dio un aviso a sus rivales: si no hacen algo superior a lo que vienen mostrando, su consagración llegará muy pronto. Con 12 fechas efectuadas, quedan por delante 11 carreras.
Fue la séptima victoria consecutiva para Max, la duodécima para Red Bull, que establece así un nuevo récord para una escudería.
Atrás llegaron el británico Lando Norris (McLaren) y el mexicano Sergio Pérez (Red Bull), que había noveno. El neerlandés les sacó 33”731/1000 y 37”603/1000, respectivamente. Sin palabras.
El británico Lewis Hamilton (Mercedes), que había partido desde la pole, falló tras la largada y sólo terminó cuarto.
Verstappen tiene ahora una distancia de 110 puntos sobre su escolta Pérez, lo que significa una virtual definición del título a su favor. Sólo una catástrofe deportiva lo privaría del tricampeonato.
La próxima fecha se concretará el 30 de julio en Spa-Francorchamps, Bélgica.