Enrique “Cabezón” González es otro de los veteranos del automovilismo tucumano que volvió a calzarse un buzo antiflama para así sentarse atrás de un volante. Le dio rienda suelta a su pasión y desde la tercera fecha llegó a la clase N2, en la cual se coronó campeón.
En la primera de las carreras que hizo se dio con un gran gusto y fue el de correr con Alexia, su hija, que heredó de su papá la pasión por los “fierros” y festejar con ella.
“Es toda una vida ligado al automovilismo, y seguimos en esta. Terminé la temporada y estoy muy emocionado. Estar corriendo para mí es algo inexplicable, no es lo mismo estar afuera mirando que estar adentro participando“, comenzó diciendo el piloto.
Después contó qué significa correr con su hija. “Ese fue el propósito, volver y darle protagonismo a ella. El año que viene seguro me estará remplazando en la butaca izquierda. Hay que replantear algunas cosas, pero trataremos de estar participando en 2024”.
Y terminó con agradecimientos, “a la familia, a todos los auspiciantes y a muchos amigos. Gracias al esfuerzo de todos ellos estamos presentes acá”, afirmó.