
Comparten la misma pasión: el automovilismo. Gracias a ello se conocieron y nació una amistad entre Sebastián Luque y Miguel Ángel Viola, quienes hoy comparten no sólo las carreras de autos, sino también son socios en lo laboral.
Hablamos con los dos protagonistas, quienes nos cuentan cómo se fue dando este vínculo.
-¿Cuándo nace la amistad entre ustedes?
-Luque: Creo que fue en 2009, en una de esas picadas callejeras (uno era chico y andaba boludeando en esas cosas). Ahí lo conocí y comenzó esta amistad que gracias a Dios está durando. Hoy puedo decir que no sólo nos une el automovilismo: hacemos negocios juntos, somos socios en varias cosas. Más que un amigo, él es un hermano.
Viola: Sí, para mí también es un hermano, hacemos muchas cosas juntos y nos gusta el mismo deporte así que compartimos mucho tiempo. Siempre que él corría en el TP 1.400, me hacía un tiempito y lo acompañaba. En esa época yo corría en karting.
-Hoy les toca compartir la pista ¿cómo son dentro de una carrera?
L: En la pista nos respetamos, sabemos que cuando uno viene más rápido que otro no hay que ofrecer resistencia, pero a veces hay un poquito de “chapa”, pero queda en pista. Por lo general nos entendemos.
-Hoy en el Turismo Pista ¿Miguel es un apoyo incondicional?
L: Sí, está en todas partes, conversando conmigo de lo que ocurre en la pista, con la radio cuando estoy adentro, hablando y coordinando todo con el equipo. Me allana muchas cosas.
-¿Cómo lo ves a “Seba” desde afuera?
V: Bien, no es nada fácil, pero va mejorando fecha a fecha. El Turismo Pista es una categoría muy competitiva, ahora compramos un simulador para conocer los circuitos, porque los otros ya llegan conociendo y eso es una desventaja. Pero trabaja mucho, está en un buen equipo, con auto nuevo. Seguro va a ir mejorando.
-¿Diferencias entre los dos?
V: No nunca. Nos podemos putear un poco por tonteras, pero siempre charlamos y consensuamos todo.
L: No, siempre charlamos El problema es que anda mucho en la “joda”, hay que tenerlo cortito.
-¿Quién es el más serio?
V: Él, es muy respetuoso, siempre cumpliendo con los horarios, algo que yo no tanto y me tortura mal cuando no llego a algún lugar a tiempo.
L: Yo empecé desde muy chico a cumplir con los horarios, me lo inculcó mi ‘viejo’. No sólo en el trabajo, me gusta disfrutar también tiempo con mi familia. Me gusta empezar siempre temprano y él, como anda hasta tarde, le cuesta. Pero después de un par de puteadas arranca, pero no hay problemas.
-Corrieron la última en Salta ¿cuál es el futuro?
L: Por el momento me despido del Campeonato Salteño, para dedicar todo el esfuerzo en el nacional. Ya tengo el auto propio, voy a ir con el equipo Robledo Competición y con motores del “Sebi” Colombo. El equipo está trabajando “a full” para ver si podemos hacer unas pruebas a principios de enero.
V: El año que viene “Seba” se baja del Fiat Way, me lo dona, así que voy a encarar con el Yiyo Competición el Campeonato Santafesino. Quise correr la última competencia de ese campeonato, pero no conseguí motor, así que vamos a armar uno nuevo para comenzar el 2023.
-Lo mejor para el año que viene…
L: Gracias, no quiero dejar de agradecer a mi familia, que me banca en todo, al equipo por el trabajo que hacen, sus integrantes siempre están predispuestos y al “Narigón” (Viola), que está siempre dándome una mano en todo.
V: Yo también tengo que agradecer a “Seba” Chincarini y a todo el equipo, que siempre nos entregó un auto competitivo, a “Seba” (Luque) que me da la posibilidad de correr el año que viene en el Santafesino y a Juan Fucho, que es mi mecánico personal desde hace mucho tiempo.