
Los hermanos Martín y Matías Rodríguez se propusieron, a principio de año, armar lo que ellos llamaron la Escuelita de Karting, en el kartódromo de El Timbó. A medida que pasan los días, va creciendo y los pilotos se van sumando. Se trata de un emprendimiento que mucha falta le hacía a Tucumán, un lugar donde los más chiquitos y los no tanto puedan empezar a practicar este deporte.
Por lo general, los sábados son días de escuela, pero el sábado pasado fue distinto por la visita de Esteban Simonetto, que acercó toda su experiencia, no sólo a los pilotos, sino también a los padres. Después de la charla, los corredores comenzaron con su clase práctica, que también fue distinta, porque el circuito se encontraba mojado, por una lluvia que se había registrado durante la mañana.
Los hermanos Rodríguez se encargaron de enseñar lo que se debe hacer con el piso mojado. Mientras Matías encabezó la primera parte de las prácticas sobre los karts, para enseñar la velocidad que deben llevar sus ocupantes, Martín marcó el circuito con gomas y conos para indicar cuáles son los radios ideales para recorrer el circuito, algo que hubiera sido distinto si el piso hubiese estado seco.
Luego hubo un descanso, en el que los pilotos aprovecharon para jugar, conocerse más y compartir cosas de la edad. Es como si se fueran a otro mundo, el mundo de los niños, dejando de lado los karts por un momento.
Luego, la diversión cambió: fue tiempo de subirse nuevamente al kart y disfrutar de unas cuantas vueltas bajo la atención e indicaciones de los instructores y ante la mirada orgullosa de los padres, desde afuera.



