
En el Autódromo de Termas de Río Hondo nos encontramos con José Luis Raimondo, uno de los comisarios deportivos más experimentados que tiene el automovilismo nacional, quien nos invitó al colectivo de la CDA del ACA, donde funciona el control de carrera. Allí pudimos ver el trabajo que realiza una persona de su cargo, además de dialogar sobre la actualidad de los diferentes reglamentos.
Raimondo tiene una rica historia dentro del deporte motor. Comenzó como banderillero y luego fue elegido por la CDA para trabajar en el ambiente de las competencias. Entre el karting, que lo vio iniciarse en el mundo “tuerca”, y el Top Race, una de las cuatro mejores clases del país y donde se encuentra trabajando actualmente, pasó por distintas categorías.
Terminando su labor, le propusimos una charla, a la cual accedió gentilmente.
– ¿Qué significa ser comisario deportivo?
– Antes que nada quiero decir que estoy agradecido a la vida y es un orgullo trabajar en esta profesión, porque es lo máximo a lo que aspira un oficial deportivo en esta carrera. Es la punta de la pirámide de trabajo en una competencia.
– El común de la gente no entiende lo que hace alguien con tu cargo, ¿por qué?
– En nuestra sociedad pasa lo mismo que en otros deportes respecto a quienes son los encargados de hacer cumplir el reglamento. Por lo general siempre son criticados, porque cuando tomas una decisión hay algunos que reconocen que está bien, y otros no tanto. Por eso es de gran importancia hacer el trabajo como corresponde, ser lo más arbitrario en cada situación, sin meter los sentimientos, ni el amiguismo, ni un compromiso con nadie, siempre de acuerdo a la ley y su criterio, para poder aplicarlo y desarrollar correctamente su función.
– ¿Cómo es tu relación con los pilotos?
– Tengo la posibilidad de trabajar en un ámbito profesional donde los pilotos, al llegar a estas categorías de mayor nivel, vienen con un pulido importante sobre lo reglamentario, puesto que pasaron por varias categorías promocionales. Hay roces y discordancia en algunas decisiones, no lo voy a negar. Nunca se puede dejar conformes a todos. Pero lo importante es estar tranquilo, ya lo que uno hace es lo adecuado. Ser consciente de eso permite que, al acabar la labor, tengamos la paz interior y la tranquilidad que necesita cada ser humano.
– ¿Qué tal es trabajar con los competidores top?
– Tanto ellos, como varios pilotos que no tienen tanto renombre, son personas muy educadas para hablar. Si bien depende de qué es lo que brinda el oficial deportivo, quien tiene que llegar al corredor con decisiones que pueden estar a favor o en contra, éste debe entender que la decisión es imparcial y está tomada. Por supuesto que al piloto hay que escucharlo, entenderlo y ver todos los elementos posibles antes de tomar una determinación. Como en un juicio, tiene que acatar la determinación del juez, en este caso el comisario deportivo. La mayoría de los competidores son respetuosos.
– Tuvimos muchas tragedias en el automovilismo últimamente. ¿Cuáles son tus conclusiones?
– Lo que uno recomienda es responsabilidad. Sé lo que pasa en las federaciones, todos los domingos recibo llamados preguntándome sobre alguna situación y cómo resolverla. Pero remarco, el automovilismo es responsabilidad, más para los que tenemos que fiscalizar. Es un deporte de alto riesgo, pero cada uno tiene que tener su compromiso tanto en la parte deportiva como en la técnica. No hay que permitir que corran autos que no estén en condiciones para largar, ni se puede autorizar a un piloto a competir si no tiene la revisión médica correspondiente, ni se debe aprobar un circuito que no reúna los requisitos necesarios.
– ¿Se puede tener todo controlado en una competencia?
– No es fácil la fiscalización. Por más que esté todo en condiciones, el automovilismo es impredecible, nunca se sabe qué es lo que va a pasar. La seguridad completa no existe, y está comprobado a nivel mundial. Pero hay que tratar de acercarse a tener la máxima protección, para evitar posibles accidentes.
– ¿Te gusta ser comisario deportivo?
– Me encanta trabajar de lo que me gusta. Uno, con el paso de los años, deja de lado muchas cosas cada fin de semana en otros aspectos de la vida. Pero es mi profesión, lo único que aspiro es que mi familia, mis amigos y el ambiente me recuerde como un buen tipo, un buen comisario deportivo. Es lo que soñé en mi vida y lo pude concretar, así le doy gracias a Dios. A veces lo disfruto y a veces no, pero aquí estoy. Amo el automovilismo, es mi vida.