Fue tan o más duro que siempre

# POR RICARDO NEME. – Llegó al final la carrera más difícil del mundo, el Dakar. Por algo la catalogan de esa forma. Todos los años, antes de comenzar, se especula con lo que puede ser el recorrido, y todos los años al final, se termina diciendo: el Dakar es el Dakar. Es que cada año sorprende con su recorrido y con sus dificultades. Este año, antes de comenzar, se decía que iba a ser una edición más fácil, porque se corría en un solo país, porque era muy corto y algunas cosas más. Pero no. Fue tan o más duro que siempre.

Fue todo arena, todo dunas, todo fesh-fesh y lo que parecía fácil, no lo fue. Las dunas no perdonan y los golpes en esas grandes cortadas hicieron estragos. Hubo muchos físicos que no lo aguantaron y tuvieron que abandonar por esa razón, quizás sin problemas en los vehículos, que son de fierro. Pero el cuerpo humano a veces no aguanta esas exigencias. Lo sé por experiencia propia, pero siempre está primero la persona y después la carrera. Ya lo dije y lo reitero: los fierros se arreglan, las espaldas no.

Una gran satisfacción fue ver a Omar Gándara, con mi amigo Ramiro Corvalán, llegar al final de la carrera. El año pasado, junto con ellos, viví experiencias inolvidables, que sólo se viven en esta carrera. Por eso mi alegría y les digo ¡felicitaciones!

Llegar al última día de carrera ya es satisfactorio para todos, pero cada uno llega de una forma distinta. Al-Attiyah lo hizo con una buena ventaja, a la que podía administrar. En Motos, todo lo contrario: Price y Quintanilla llegaron separados por un minuto, por lo que el chileno salió dispuesto a recortarlo, por eso sufrió un feo golpe y así se quedó con las manos vacías. Así pasa en todas las categorías que tiene la carrera. Lo que sí es seguro es que esos últimos kilómetros deben ser como dar una última vuelta en un circuito. Saldrán todos los ruidos, se verán todos los fantasmas antes de llegar a ese último control horario, tan ansiado tanto como por el primero como por el último participante. Y más allá del resultado, la satisfacción de llegar debe ser parecía, no es poco llegar al final, es como ganarle al Dakar.

Con esta columna me despido de los lectores de Motorplus Tucumán. Un placer haber estado en contacto con ustedes para contarles mi parecer sobre esta competencia. ¡Será hasta la próxima! Abrazo a todos.

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