
A partir de unas fotos compartidas por Rosendo-Coco Fernández Rivas, además de un comentario, es que se puede reconstruir un capítulo pintoresco del automovilismo tucumano, ocurrido en 1972, con “nuestro” Emilio “Andrea” Alonso y el boxeador Oscar “Ringo” Bonavena” como protagonistas.
Fernández Rivas relata que, en una de las imágenes, se puede ver a Alonso en el Salón de la empresa “Sivaslian”. En otra están Luis Rubén Di Palma, Bonavena y Oreste Berta, junto al Fórmula 1 Nacional que conducía el “Baby” Alonso (Andrea). “Luis lo ponía a punto en pista. ‘Ringo’ era el padrino y Oreste, el preparador.”
Manuel Riva, de la redacción de La Gaceta, aporta más datos. Fue ante la llegada de “Ringo” a Tucumán, un 3 de agosto de 1972. “La multitud se agolpó frente al aeropuerto Benjamín Matienzo; el avión aterrizó, los pasajeros desembarcaron pero no aparecía aún la gruesa figura que todos esperaban. Al salir por la puerta de la aeronave, levantó sus brazos y el grito fue tremendo: “Ringo, Ringo”, era él a quien todos esperaban; había llegado nuevamente a Tucumán, pero siempre con la misma mística y atracción, Oscar Natalio “Ringo” Bonavena”, escribió.
Riva cuenta que el pugilista estaba vendado porque se estaba recuperando de una lesión, y que había llegado a Tucumán por una de sus pasiones: el automovilismo. Al ser padrino del Fórmula 1 Nacional Alonso, vino a acompañarlo en la previa a la participación del tucumano en una carrera programada en el autódromo del parque 9 de Julio. No era la primera visita de Bonavena a la provincia, ya que con anteriores había llegada para participar de festivales benéficos en Villa Luján.
Riva relata, entre muchas anécdotas, que la salida de la aeroestación fue “caótica y complicada. “Ringo” junto a “Andrea”, que manejaba su auto, salieron a recorrer la ciudad. Fue un acontecimiento. Todos querían saludar a la leyenda. El vehículo casi iba a paso de hombre, decenas de brazos y manos pugnaban por tocarlo mientras él asomaba su cuerpo por la ventanilla y se prestaban amigablemente al contacto con la gente, que era lo que más le gustaba.”
Por la noche, “Ringo” estuvo en el acto oficial de presentación del auto que iba a debutar en la prueba dos días después, que se frustró por un espectacular accidente sin consecuencias graves.