La figura de Jorge Raúl Recalde fue respetada e idolotrada mientras fue forjando su palmarés como piloto. Y se convirtió en leyenda un 10 de marzo de 2001, cuando falleció durante la disputa de la carrera de Villa Dolores, en su Córdoba natal. En su honor, esta fecha quedó instituida como Día Nacional del Rally Argentino, por ley nacional 26.030 sancionada por el Congreso Nacional en mayo de 2005.
El también conocido como “Cóndor de Traslasierra”, “ Señor de los Rallies” y “Cabayo’e lona”, era un hombre parco, que hablaba lo justo y necesario, pero que en las competencias demostraba talento y ferocidad al volante.
Recalde nació el 9 de agosto de 1951 en Mina Clavero. Fue el primer y único argentino que se impuso en la clasificación general de una fecha del Rally Mundial en la Argentina: ello ocurrió en 1988, a bordo de un Lancia Delta Integrale; le ganó por más de tres minutos al italiano Miki Biasion. ¿Otros logros? Muchos: campeón de Turismo Nacional Clase C en 1974, campeón del Rally Argentino en 1983, 1985 (Clase 3), 1999 y 2000 (A-8); en esta categoría, sumó 37 victorias. Corrió en TC y en su debut ganó en Olavarría.
Recalde corrió muchas veces en Tucumán, como piloto del certamen Argentino, y también en las tres fechas del Mundial que aquí se hicieron.
En 1980, en la fecha del Codasur, pilotó un Mercedes Benz oficial, modelo 500 SLC, que era pesado, grande y robusto. Lo acompañó Néstor Straimel. Abandonó por problemas de diferencial en la segunda etapa, que constaba de 862 kilómetros con cuatro tramos de ripio y que se hizo por El Nogalar, Tafí del Valle, Angatasco, Escalchi, Payogasta y Pulares.
En 1981, Recalde ocupó el tercer lugar con un Datsun Violet con el N°5 y con “El Bicho” del Buono como navegante. A la competencia la ganó el francés Guy Frequelin (Talbot Sumbean Lotus).
En la tercera vez que el Mundial visitó Tucumán, en 1992, Recalde también participó: estuvo al mando de un Lancia Delta HF Integrale oficial, con Martín Christie a su lado. Abandonó en el PC17 (pasando La Cumbre del Portezuelo) tras romperse el radiador de aceite.