Pudo llegar a lo alto del podio

Víctor Manuel Imperio se dio con el gusto: ganar una carrera en lo que es su pasión, el karting. Pero no le fue fácil, sólo sus ganas de competir y estar arriba de un kart lo llevaron a este logro, que fue festejado no sólo por el piloto sino también por todo su equipo, familia y amigos, que son muchos y siempre están apoyando.

Aprovechamos este momento para conversar con Víctor, para que nos cuente lo que fue su carrera deportiva hasta la llegada de este triunfo.

– ¿Porque el automovilismo?

– A mi papá, Víctor Manuel, le gustó de siempre el automovilismo y desde chico lo acompañaba a las carreras. Él era amigo de algunos pilotos, así que siempre estábamos, ya sea en pista y también fui a muchos rallies.

– ¿Cuándo y cómo comenzás?

– Fue cuando íbamos con un grupo de amigos al kartódromo de El Timbó con los karts indor. Después, con un par de amigos, compramos los 110cc. Más tarde se formó la categoría 150cc y ahí comencé a competir por primera vez. Creo que fue en 2012

– ¿Cómo  fueron los comienzos?

– Difíciles. Yo empezaba de cero, no tenía experiencia y de golpe me encontré compitiendo con muchos pilotos y algunos que ya tenían su experiencia. Me costó bastante, pero fui aprendiendo.

– ¿Quién te atendía el kart?

– En el comienzo y por algunas carreras fue Luis Rodríguez. Pero él estaba más dedicado a la tierra. Después me fui con Patricio Viapiano y hasta el día de hoy sigo con él.

– ¿Cómo fue el aprendizaje?

– Difícil. Al principio estaba lejos de los tiempos, pero por suerte cuando me fui con Viapiano, con él estaba Diego Belmonte, que me ayudó bastante en mis comienzos. También Matías Cuadrado lo hizo. Siempre traté de aprender y hablar con los que tenían más experiencia.

– ¿Por qué te vas a correr en Santiago?

– Cuando comencé había una sola categoría, la 150cc, y yo por mi peso siempre estaba pasado. Luego se formó la 150 B y en Santiago el peso era de 200 kilos, por lo que me convenía ir a correr ahí, porque tenía que llegar al peso poniendo lastre. Es mucho más pareja, pero también influyó mucho el no tener actividad en Tucumán. Es una lástima, porque cuando vos corrés aquí, cuando terminás la carrera te podés quedar con los amigos y familias compartiendo, porque para ellos también es fácil llegar. Y lo mismo llegás a tu casa temprano y no tan cansado después de un viaje. A Santiago es más difícil que te acompañen. Espero que vuelva a crecer el karting aquí.

– Seguro habrá alguna anécdota para contar…

– Sí, mi debut en El Timbó. Se corrió con lluvia, yo era nuevo y no sabía nada. Cuando llegamos al frenaje de uno de los retomes, nunca frené donde tenía que frenar y le pasé por arriba de la cabeza a Pablo Petrelli. El lunes me fui a pedirle disculpas a la farmacia, los empleados me hicieron pasar porque decían que no se podía mover. Cuando pasé estaba con un cuello ortopédico, me preocupé mucho, hasta que se sacó el cuello y me di cuenta de que era una broma.

Casado con Lourdes, papá de Guadalupe, Víctor Manuel y Emilia, Víctor “El Mocho”, como se lo conoce en el ambiente, llegó al triunfo y eso trajo una alegría muy grande a todos los que lo conocemos, por lo buena persona  que es y porque sabemos lo que luchó para llegar. Felicitaciones Víctor. ¡Esperamos que sigan los triunfos!

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