Pasaron muchos años desde su debut en el automovilismo. Desde entonces hasta el presente, Pablo Morán fue siempre protagonista en los campeonatos y en las categorías de rally en los que le tocó estar. Corrió contra rivales consagrados y contra los más jóvenes. En definitiva, en la disciplina su historia es larga.
Hablamos con el último campeón dela clase A1 del rally tucumano y repasamos a grandes rasgos lo que pasó entre su primer campeonato y el actual.
-¿Por qué elegiste hacer automovilismo?
-Cuando vivíamos en Buenos Aires mi “viejo” apoyaba a algunos pilotos de la zona. A él siempre le gustó el automovilismo. Después volvimos a Tucuman y ahí conoció a José Luis Cadiñanos; también le daba publicidad Carlos Acotto. Después conoció a Cristian Almonte, a quien también le brindaba apoyo; él corría con el Fiat Regatta de Rubén Posse y a cambio de la publicidad me prestaba el autocross.
-¿Cuándo debutás?
-En 2005, en autocross, categoría que en ese tiempo corría con el rally. Me acuerdo que la clase era la N1 .
-¿Y salís campeón?
-Sí y como andábamos bien, gracias a Pablo Quinteros, compramos el VW Senda, a Fernando, José Luis Cadiñanos y “Charly” (con quien todavía seguimos). Ellos armaron el auto con el que corrí en 2006 en la categoría A6.
-Sorprende ver que con el autocross ganaste tu primer campeonato tucumano y con el Senda el último…
-Sí, son los dos campeonatos tucumanos que tengo.
-¿En el medio hay más?
-Sí, gané dos campeonatos del NOA, uno en la clase A6 en 2007 y otro en la A7 en 2009. También fui subcampeón argentino con un Renault Clio en 2009 y en 2018 con un Ford Ka.
-¿Cuándo debutaste en el Nacional?
-En 2007. Fue en la carrera que tuvo el accidente Ricardo Collado y se murió su navegante. Yo venía a 12 segundos de Debasa y se suspendió.
-¿Después fuiste alternando?
-Sí, corrí con varios autos, pero por una cosa u otra no podía “redondear” algún campeonato. Con el Ford Ka, cuando salí subcampeón, gané cinco carreras, fui el que más lo hizo, pero me paré en otras.
-También corriste con un auto de la clase Junior. ¿Cuál fue su historia?
-Con el Junior no pude “redondear”. Me faltó presupuesto. Nosotros en el equipo hacíamos todo y al auto no lo conocíamos bien, era muy caro. Sin dudas fue el mejor que manejé, pero con el que más cómodo me siento es con el Senda.
-¿Algún momento lindo para recordar?
-Son muchos. Uno es de cuando me becaron para correr el Campeonato Nacional en 2009 con un Fiat Palio. También me acuerdo de cuando gané la primera fecha por el Argentino en Bariloche. Me acuerdo que fuimos con el auto de carreras en un camión, donde dormíamos. Fueron tres días de viaje. Ahí fue cuando me comenzaron a tener en cuenta, y me hicieron muchas notas.
-¿Y algo feo?
-Cuando volcamos en La Rioja. El Ford Ka no sirvió más. Fue fuerte el dolor por los golpes y también por el auto, que sólo tenía dos carreras. Tuvimos que salir a vender rifas y a hacer peñas para poder comprar uno nuevo. Pero esto último fue lo bueno de la historia, por la cantidad de gente que nos ayudó a levantarnos.
-¿Qué sentiste cuando comenzaron a correr tus hermanos?
-Uno siente muchos nervios. Cuando uno va arriba del auto va concentrado en eso. Cuando estás abajo es distinto, sentís miedo. A veces hago la hoja con ellos y les pido que tengan cuidado en algunos lugares donde yo pondría la hoja de ruta más rápida. Como no sé cómo la resolverían ellos, tengo miedo de que hagan una macana. En la última carrera, el fin de semana cuando salí campeón, estaba más preocupado porque llegue Matías. Ahí recién festejé.
-¿Qué hay para el futuro?
-La idea es que corramos Matías y yo en un campeonato y Mauricio y Daniel Giambroni (a quien le atendemos el auto) en otro. A uno de los dos coches lo vamos a hacer N1 para que no compitan entre ellos.