Una tarde muy especial se vivió en Yerba Buena. Es que, aproximadamente a las 17, en la avenida Perón, apareció el equipo de Ricardo Neme, el camión que oficiará de auxilio, tirando la Toyota SW4 con la que el piloto tomará parte de la carrera más difícil del mundo, el Rally Dakar.
A pesar de la lluvia, cuando se comenzó a ubicar a los vehículos, los curiosos comenzaron a mirar con asombro, tanto a la camioneta (con su nuevo diseño), como al camión que será la casa del equipo durante la carrera. Desde ese momento se inició un desfile de personas, entre las que estaban los ocasionales visitantes en el lugar, los amigos, los familiares, los sponsors, todos interesados en saber cómo era la máquina de carrera y qué tenía de especial. Entonces apareció el piloto, con su habitual amabilidad, a explicar a quien lo requería, cómo estaba armada y de qué se trataba aquel gigante (el camión) que también tendrá que recorrer los kilómetros del Dakar.
Mientras, comenzaron las charlas con los integrantes del equipo, que explicaban sobre el camión y contestaban todas las preguntas que les formulaban. Ariel Isola, que no faltó nunca desde que el Dakar llegó a Sudamérica, contó mil y una anécdotas sobre lo vivido en cada carrera. Del mismo modo, puso de manifiesto cómo está preparado el equipo para encarar lo que viene.
Entrada la noche, y ya con mejor clima, el desfile de gente y algunas personalidades muy importantes, como así también sponsors, se incrementó. Todos, por supuesto, haciéndole saber al piloto que se sienten bien representados y que lo seguirán de cerca durante los días de competencia.
En la tarde noche del sábado, pudo ver a un Ricardo Neme compenetrado con la competencia. Además, se mostró emocionado por tanto apoyo recibido. Una frase quedó flotando en el aire: “la ansiedad y las emociones son muy grandes, no veo la hora de estar largando. Gracias por todo el apoyo.”