A los 17 años, Lucas Salvatierra pudo darse por adelantado un regalo de Navidad: el título de campeón Anual del certamen del TP 1.400 de Salta. El joven piloto, que acaba de terminar el secundario en el Colegio Santísima Trinidad, logró finalmente una coronación que venía buscando desde hace tiempo.
– Tanto va el cántaro a la fuente, que…
– Y sí. Se venía escapando la chance, pero esta vez lo logré. Anduve mucho para llegar a esto: tres años en la categoría. Ya el año pasado llegué hasta la última fecha con chances de ganar el campeonato, pero quedó en eso. Este año el objetivo era salir campeón. Y pude conseguirlo corriendo una fecha menos, por mi viaje de egresados.
– Ganar no te resultó sencillo…
– Hubo una gran temporada de varios pilotos. Uno de ellos, mi compañero de equipo Pablo Sardi, que buscaba también el título en su séptimo año en la categoría. Puse lo mejor de mí mismo y aquí estoy.
– ¿Cómo encaraste la carrera final, sabiendo lo que había en juego?
– Desde que se largó busqué el primer puesto. Incluso, en la última curva me tiré de cabeza para ver si lo lograba, pero vi que iba a ir al toque y preferí no hacerlo. Tiré el volante, me fui un poco afuera al pasto. Francisco Merlo, que ganó, se portó muy bien conmigo todo el año y yo le devolví la gentileza.
– ¿Cómo te sentís sabiendo que lograste lo que querías?
– Siento una alegría enorme. De once fechas que hice, logré ocho podios. Al comienzo de temporada traté de hacer diferencia, porque sabía que me iba a perder una carrera por mi viaje. Cuando volví, estaba con el ánimo por el piso porque quedé nueve puntos abajo en el campeonato, pero logré revertir eso.
– ¿Y ahora?
– A terminar el cursillo para ingresar a la carrera de Administración de Empresas en la UNT y luego a festejar mis 18 años el 25 de febrero. La idea en 2017 es seguir haciendo automovilismo, pero también estudiar. Estamos armando un Fiat Uno para el año que viene. Quiere ir al Car Show Santafesino, con el Yiyo Competición, o en su defecto seguir en el TP 1.400.