
“Entramos al vivac a las 4.30, después de un día recomplicado. Nos agarró la noche, porque estuvimos cuatro horas parados tratando de arreglar la dirección hidráulica que se rompió.” Así empezó el relato de Ricardo Neme ni bien entró al campamento de San Juan de Marcona, en Perú. Había dejado atrás, con la Toyota SW4 navegada por Ramiro Corvalán, la etapa 4 del Rally Dakar.
“Ricky” siguió con su relato. “Manejamos un buen rato sin dirección hidráulica. Tengo los brazos como Popeye. Al final del CP1 estaban los chicos del equipo esperando para reparar. Se cambiaron la caja, la bomba, todas las conexiones. Cuando salimos seguía fallando la dirección, anduvimos sin ella así un rato más. Luego de a poco se fue purgando y la recuperamos un poco. Si bien no quedó al ciento por ciento, se podía manejar a la camioneta.”
El yerbabuenense contó que, debido a los percances, se les hizo la noche en las dunas. “Era imposible seguir. Paramos la marcha, dormimos un poco, unas dos horas. Al final decidimos salir e irnos directamente al vivac. Penalizamos algunos waypoints, pero bueno… Al rato de llegar ya teníamos el road book listo para salir de nuevo a atacar la etapa más larga de este Dakar. Seguimos en carrera, que es lo importante, haciendo mucho esfuerzo, pero muy contento de estar todavía en competencia.”
Pasadas las 9.15 del miércoles, la dupla Neme-Corvalán salió a enfrentar la etapa 5, la que, a juzgar por las dificultades previas y la gran cantidad de vehículos que tuvieron problemas, es muy probable que sea recortada.