El Rally Dakar es eso que está por suceder en la vida de Ricardo Javier Neme. Pero para él la carrera empezó hace tiempo, incluso antes de tomar la decisión de ser de la partida en la edición 2018.
Un reportaje al piloto tucumano publicado por La Gaceta a fines de noviembre de 2014 daba cuenta de cómo comenzó la historia de “Ricky”.
“Desde sus comienzos en la Fórmula Renault en 1993, recorrió un camino variado en el automovilismo. Los Fiat 600 y las máquinas del Rally Nacional lo vieron acelerar. Y después de una larga pausa, el yerbabuenense volvió a ser noticia: compró una Toyota Hilux SW4, preparada para la categoría de Rally Cross Country de la división T2 diésel.”, apuntaba el texto. Ya en aquel momento contó ese sueño que en 25 días hará realidad: “con el Dakar como estímulo, me largué a armar ese proyecto”.
Neme pasó por el Campeonato Argentino de Navegación (ganando carreras y coronándose campeón 2016 en T2 diésel). A esa altura, la camioneta que le había comprado al cordobés Atilio Carignano ya era un recuerdo para él. En la factoría del equipo Jatón en Buenos Aires y con el apoyo de Ariel Isola y su gente, vio la luz una nueva SW4, la misma que acelerará el único tucumano dakariano en la edición N°40 de la prueba.
De vuelta a la nota publicada por La Gaceta. “Uno puede estar mucho tiempo sin correr, pero el espíritu de competencia nunca se pierda. Es algo que a uno lo anima probar cosas nuevas siempre.” En eso está por estos días, justamente, el piloto nacido el 9 de febrero de 1972.