Lautaro sobre “Wey”: “mi ídolo”

En tren de recuerdos, Lautaro Toro es imprescindible para hablar de Alberto Zapata Bacur, el piloto sanjuanino fallecido en un accidente de carrera en una fecha del motocross en San Agustín, Córdoba. Fue el único tucumano que lo enfrentó mano a mano al “Wey” en pruebas por todo el país, y quien le ganó en la última presentación que hizo el malogrado corredor en Tucumán, el 1 de octubre de 2017.

– ¿Qué sentís después de lo sucedido?

– Me afectó mucho todo esto. Pero también sé que son cosas que pueden pasar, porque hay un riesgo permanente en esta actividad. Él se fue haciendo lo que le gusta, pero un final así siempre es horrible. Fuimos rivales en la pista, pero éramos amigos, nos hacíamos bromas. Incluso nuestras familias tenían una amistad. Hasta él fue a mi casa a dormir una vez que vino a correr a Tucumán. Lo que le sucedió fue un bajón para mi familia. Fue alguien importante para mí, fue mi ídolo. 

– ¿Qué recordás de él?

– Lo muy buen piloto que era, lo solidario, su sencillez. A nivel nacional se destacaba, y también a nivel sudamericano. Me parecía increíble lo que hacía en esos últimos meses, corriendo con un brazo; pero es cierto que estaba más expuesto a tener una caída. Corría con una moto 450cc, muy pesada, pero saltaba sin problemas, hacía cosas impresionantes, superaba los límites.

– Fuiste el último tucumano que lo enfrentó mano a mano en un circuito en la provincia, y le ganaste. ¿Te acordás de eso?

– Me acuerdo clarito de esa carrera, que fue por el Campeonato del NOA. Venía gente de varias provincias. Cuando supe que él vendría sentí como si Messi hubiera venido a jugar al fútbol a Tucumán. Era importante para mí, yo competía con él en el Argentino, estábamos cerca, él me ganaba carreras. Desde que corríamos en la 85cc que nos medíamos. En Tafí Viejo se dio una carrera tremenda en la MX1. Estábamos afiladísimos, fue palo y palo. Había un santiagueño, Fernando Di Lucca, que también se prendió en eso. Recuerdo que en una curva “Wey” me toca, me pega en el medio, yo sigo, pero él se cae. El circuito era trabado, chico, no estaba en buenas condiciones. Fue una carrera muy linda, emocionante. 

– ¿Qué rescatás de la carrera deportiva del “Wey”?

– Que hizo lo imposible para estar sobre una moto, la peleó mucho, su familia era de bajos recursos, muy sacrificada, tenía una verdulería y de ahí sacaban dinero para las carreras. Corría con fierros inferiores, y les ganaba a rivales con mejores motos. Eso me motivó también a mí, para hacer lo posible para mantenerme en competencia.

– Cosas así, ¿cambian en algo tu forma de ver el motocross?

– Estas cosas te dejan pensando. Hay que estar preparados, porque de lo contrario ocurren accidentes. Hay que estar entrenados, conscientes, concentrados. En lo particular, no me causa miedo volver a una pista. Sí siento que hay que cuidarse más, a no cruzar ciertos límites. Con la moto no se jode, hay que aprender, instruirse, escuchar los consejos.

 

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