“Estuve hablando con la organización. Están en el kilómetro 148. Venían avanzando despacio, pero venían avanzando. Un rato después, se quedaron parados en un lugar donde ya había unas diez, quince camionetas. Casi con seguridad pasan la noche allí, para seguir la marcha al otro día. Estuvo complicada, muy complicada la etapa.” El resumen que hizo Ariel Isola, ya en la noche del domingo, puso luz sobre una jornada en la que poco y nada se supo del andar de Ricardo Neme y de su navegante Ramiro Corvalán en la segunda etapa del Rally Dakar.
Si la primera jornada, camino a Pisco, fue un tormento por las tremendas dunas que hubo que enfrentar, la segunda fue decididamente un calvario. La Toyota SW4 acusó dificultades para enfrentarlas, con el agravante que, a medida que avanzaba el día, el calor fue convirtiendo a la arena en un infierno. Así, la máquina se encalló muchas veces, la dupla debió trabajar a destajo en eso y en bajar la presión de los neumáticos, en controlar cuestiones básicas como la temperatura del motor y del combustible. Una verdadera odisea por donde la mire.
Según los registros de la etapa Pisco-Pisco, Neme tiene pasos por dos de los cinco controles del especial que constaba de 267 kilómetros. ¿Cuáles son sus chances de seguir adelante? Poco se sabe. En teoría, debería retomar la marcha al amanecer, para tratar de arribar al vivac e inmediatamente, alistarse para la tercera etapa. Según Rodolfo Bollero, tienen tiempo hasta que esté por largar el último camión. Fernando Acosta, navegante del cordobés “Pipo” Blangino, amplió: “hasta una hora después que sale el último competidor del vivac”.
Lo cierto es que, ya durante el lunes se reanuda la prueba con en el especial Pisco-San Juan de Marcona a las 7.45 para las motos. Los UTV, últimos en salir, lo harán desde las 12.43. Por delante hay 208 kilómetros de enlace y 296 de tramos cronometrados.