Para aquellos que están empezando a interiorizarse de la historia del automovilismo, probablemente la Xl edición de la Vuelta del Noroeste, disputada del 22 al 25 de mayo de 1977, quizás sea una carrera más de aquellas hechas a puro coraje y sacrificio. Pero para quienes vivieron aquel tiempo a pleno, es “la” competencia. En realidad, marcó un hito dentro de la historia del automovilismo argentino.
Lo más importante para los tucumanos fue el triunfo del local, Pablo Bazzano (foto principal), que logró con un Fiat 128 IAVA ex Enrique Spinetto hacer diferencias y mantener la distancia con el cordobés Gabriel Raies (entonces de 19 años, foto dos) y Alberto Baldinelli (la gran revelación).
La estadística dirá que el neuquino Alfredo Pisandelli fue el ganador en la clase C, con un Peugeot 504 (foto tres). Lo hizo ante pilotos como como Osvaldo “Cocho” López, Carlos Garro (ambos con Peugeot, 2° y 3°), “Paco” Mayorga, Juan Carlos Rizzuto, Rubén Daray (foto 4) y Néstor García Veiga.
En las consideraciones históricas, hay que decir que por primera vez en el país se corrió en ruta con el método del rally europeo. “Esperemos que todo salga bien, porque esta es una experiencia nueva y somos los conejillos de Indias” dijo previo a la carrera un dirigente de ATAS, club organizador.
Y las cosas salieron bien. Esto, pese a las demoras en los tiempos debido a los recargos, a la falta de ensamble entre los puestos de largada y llegada y a algunas quejas por los errores en los tiempos. Fueron los propios pilotos, que eran enemigos del sistema de rally, los que quedaron conformes con esta prueba piloto para carreras de ruta.
Juan Manuel Bordeu, dirigente del Automóvil Club Argentino, fue explícito sobre los alcances de lo vivido. “Hay mucho que mejorar, pero lo más importante es que los muchachos (corredores) entendieron y no trajeron problemas. Después de los recargos, por exceso de velocidad en ruta abierta, no hubo más problemas. El primer paso está dado gracias a la colaboración de la gente de ATAS y creo que ahora podemos encarar el tema con mayor seguridad. De cualquier forma no quisiera equivocarme, esta carrera será un hito dentro de la historia de nuestro automovilismo. Así podremos volver a largar los Grandes Premios desde la puerta del ACA, o el Gran Premio de montaña desde el mismo centro de Córdoba. Ya dimos el primero y más trascendental paso.”
La prueba se dividió en tres etapas: la primera sobre asfalto se hizo entre San Pablo, Tapia, Villa Nogués y San Javier, con salida desde el autódromo. La segunda unió San Pablo, Lules, Famaillá, Acheral, Tafí del Valle, Amaicha del Valle, con retorno a Tucumán; la tercera pasó por San Pablo, Lules, Monteros, Concepción, Alpachiri, Las Lenguas, La Banderita, Río Potrero (Catamarca), El Charquiadero y regreso a la capital.
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