La nueva administración de Barcelona, con la futura alcaldesa, Ada Colau a la cabeza, es reticente a mantener el aporte de cuatro millones de euros al circuito de Montmeló. Esto haría peligrar la presencia de la F-1. La categoría atraviesa por una crisis económica en varios de los organizadores de carreras en Europa, al punto que este año Alemania se quedará sin Gran Premio.