Mucho tiempo se estuvo esperando para que el karting pueda volver a tener acción, luego del parate por la pandemia. De hecho, hay pilotos tucumanos que ya vienen corriendo desde hace tiempo en el Rotax Bonaerense y también en Grand National. También hay competencias a las que asisten en Salta y en Catamarca, mientras que en Santiago del Estero se está cerca de reanudad la actividad. Pero en Tucumán nada se mueve.
¿Cuál será el problema real de por qué no tenemos karting en Tucumán, siendo que contamos con un muy hermoso kartódromo de asfalto en El Timbó? ¿Será por la licencia médica, a la cual los pilotos no la quieren sacar? ¿O hay que indagar por otro lado?
El tema es para charlarlo largo, y tendido.
Por caso, quienes viajaron recientemente a Catamarca, que fueron muchos, gastaron en general mucha plata. Viajaron un sábado, previo a la carrera; pagaron la inscripción, que se cobra como en todos lados, en este caso en torno a los $5.000. A ello hubo que sumarle traslado, hospedaje, comida, con lo que la cifra crece y crece. Lógicamente, se debía sumar el gasto que implica poner un kart en pista.
Hablamos de un monto para tomar en cuenta cada vez que alguien decide ir a correr lejos de Tucumán. Surge la pregunta: ¿por qué incurrir en un gasto así siendo que se lo puede hacer aquí, sacando la licencia médica -con todo lo que ello implica- y además ahorrándose bastante dinero?
Es en ese plano donde surge la duda sobre si lo que hay en esta historia es algo más que el gasto por una licencia, propiamente dicho. Quienes van a correr afuera de la provincia, y los responsables, tienen la palabra.