
Fueron cuatro años las participaciones del equipo Mercedes en el Gran Premio Estándar en Argentina. También fueron cuatro triunfos, que fueron tan categóricos que crearon un cierto mito referido al clásico orden alemán, a la eficacia de la organización, al poderío económico. Tucumán tuvo una parte importante en esta historia, en la que hubo dos mujeres, “las suecas”, que quedaron incorporadas para siempre en las páginas del deporte nacional.
Puede ser por muchas razones, pero siempre la relación de Juan Manuel Fangio con Mercedes fue la más importante para que desde 1961 el equipo Daimler-Mercedes participe en los grandes premios nacionales.
Daimler-Mercedes se había retirado de las pistas en 1955. El año 1959 presentaba la línea 220, que no se vendía como lo esperaban, por lo tanto resolvió participar en carreras para popularizar la imagen del “Dosveinte”. Comenzaron así participaciones en carreras populares y decidieron venir a Argentina. La idea era que Fangio condujese uno de los autos, pero no pudieron convencerlo. Consultaron a Juan Gálvez, pero también se negó. Sonó el nombre de Roberto Mieres, pero estaba ligado a Volvo, por lo que siguieron con Carlos Menditeguy, que dio el sí.
En 1961 fueron cuatro los autos que llegaron para disputar el Gran Premio Estándar. A pesar de muchos problemas que tuvo el equipo el binomio Schock-Schiek fue el ganador sobre Hermann-Gunzer.
La historia del triunfo de “las suecas”
En el 62, volvieron y trajeron tres 220 SE y tres de los flamantes 300SE, con la idea que fuera este el modelo ganador. El problema era quién manejaba los 200 y quién los 300, porque si se daba la situación y fuera ganando un 220, le tendría que dar el paso al 300. Al final se decidió que los 300 serían manejados por Bohringer y Menditeguy; Kuhne y “las suecas”, en los 220.
En la primera etapa se quedaba Bohringer, Menditegui corrió igual suerte, por esta situación Kuhne también se retrasaba puesto que su acompañante era uno de los mejores mecánicos de Mercedes y trataron de ayudar a Bohringer. En suma, de los cuatro Mercedes sólo quedaba adelante el de las dos mujeres: Ewy Rosqvist y Ursula Wirth.
En la segunda etapa se produjo el vuelco y el fallecimiento de Kuhne, al embestir dos ovejas. Enteradas de este accidente Ewy y Ursula decidieron en primera instancia abandonar. Pero ante la intervención del jefe de mecánicos del equipo, fueron convencidas para que sigan corriendo.
Pero todavía faltaban varias etapas y fueron muchas las situaciones que tuvieron que atravesar las mujeres, como cuando chocaron con unas ovejas y también una barrera del ferrocarril, pero tuvieron la suerte de no pinchar una goma, lo que para ellas hubiera sido difícil.
Y así “las suecas” conseguían un triunfo impensado. Su victoria significó para nuestro país la liberación de la mujer al volante.
Por supuesto en Tucumán son muchos los que recuerdan el paso de esas mujeres por la provincia y seguro tendrán sus recuerdos. Como aquel que nos contó Jorge Rotondo, que siendo muy chico se llegó como pudo para ver el paso de ellas y hasta consiguió la foto que publicamos en esta nota, que hoy todavía conserva, junto al gran recuerdo de ese momento.