Fue en diciembre de 1989 cuando se realizó el 29° Gran Premio Nacional de Turismo “Cumbres de Ambato” en Catamarca. El porteño, luego radicado en Catamarca y en Tucumán, Enrique Haarscher, realizó una excelente carrera terminando cuarto con un Renault 18 en la clasificación, en aquel momento de la clase 3 del campeonato nacional.
Detrás de Haarscher terminaron Ernesto Soto, Gabriel Raies y el “Pájaro” Carlos Alberto Garro. Fue una carrera en la que también estuvieron presentes Juan María Traverso y los locales Seleme, D´agostini y Prevedello, además del santiagueño “Chelo” Chazarreta.
La carrera tuvo 21 pruebas especiales, divididas en tres etapas, con un recorrido total de un poco más de 893 kilómetros. Esto habla de lo dura y larga de la prueba.
El R-18 de Haarscher, que siempre se caracterizó por la leyenda “Catamarca-Tucumán” en el parabrisas, no tuvo problemas durante la carrera. Pero antes de comenzarla vivió un momento dramático, puesto que el viernes, en vísperas de la acción, en Fortaleza de la Frontera, concesionaria Renault de los Haarscher se rompió el motor que usaría el auto de Enrique. Fue el equipo de Soto el le brindó un motor que el equipo había preparado para una frustrada incursión en Costa de Marfil.
Enrique contó sobre ese momento: “es un buen motor, pero fue armado para una carrera de largas rectas y tiene su fuerza arriba exclusivamente, por lo que me complicó en los primes mucho más trabados de acá. De todas formas no me cansaré de agradecer el gesto”.
