Como hace mucho tiempo no ocurría, Ferrari comenzó de una forma espectacular una temporada de la F-1. En el GP de Bahrein, la escudería italiana logró un 1-2, a través del monegasco Charles Leclerc y el español Carlos Sainz Jr.
Leclerc y el neerlandés Max Verstappen (Red Bull) largaron bien y se empezaron a escapar del pelotón. Desde la vuelta 12 empezaron las detenciones y fue el británicoLewis Hamilton (Mercedes) el primero en entrar. Detrás lo hicieron los pilotos de punta; una nueva carrera comenzaba.
Lo que siguió fue una lucha entre Verstappen y Leclerc por el primer puesto, algo que duró varios giros. Intercambiaron posiciones durante tres giros de manera ininterrumpida, lo cual auguró un tremendo final. Después el monegasco se estabilizó en la vanguardia, pero por delante habría una nueva detención en boxes para cambiar neumáticos.
Luego del ingreso del auto de seguridad por incendio en el auto de Pierre Gasly, en el relanzamiento Verstappen tuvo problemas de dirección en su auto y abandonó. Esto, más un trompo de su compañero de equipo, el mexicano Sergio “Checo” Pérez cuando estaba tercero, permitió que Hamilton se suba al último escalón del podio.
El próximo domingo se concretará el GP de Arabia Saudita, en el circuito Jeddah Corniche.