
Con la llegada de diciembre, a Esteban Simonetto se lo ve mucho más tranquilo y distendido que aquel con el que Motorplus Tucumán charló allá por el mes de febrero, cuando tenía toda la adrenalina del comienzo de temporada, y con todas las ganas de subirse al kart.
– Hoy, ya más tranquilo, ¿qué podés decir de este año?
– Para mí fue un año muy bueno. Hay que mirar el vaso medio lleno: di el salto que yo quería dar en la categoría y terminé siendo uno de los referentes en Buenos Aires, que no es poca cosa. Por ese lado bien. Me había puesto un objetivo y me preparé para conseguirlo. Me costó muchísimo, pero lo logré. Después vino la lesión, y el Mundial.
– ¿Cómo viviste el Mundial?
– No llegué a él de la mejor manera en lo físico. Después de la lesión tuve que parar y no me pude preparar. Fui así a una carrera en la que eso es lo más importante. Pero me fue mal por un montón de factores, no sólo por la lesión. También tuve un problema con el motor, que se fundió. Para andar bien en el Mundial, tenés que probar antes, por lo menos para conocer la pista y no llegar crudo. Los 20 de adelante ya habían corrido un Mundial en la misma pista hace dos años. Yo pensé que me podía acomodar, pero no pude, me costó adaptarme a un chasis y a unas gomas que no conocía. Tenés cuatro pruebas de 15 minutos, y a correr. Recién al cuarto día, antes de que se rompa el motor, estaba encontrando el equilibrio y haciendo tiempos lógicos. Si hubiera tenido la preparación, esos tiempos tenían que darse en la segunda salida a pista.
– ¿Cómo fueron las sensaciones durante esa semana?
– La pasé mal, yo soy muy autocrítico y no soy de poner excusas. No fue por las costillas, el chasis, las gomas. Yo pensé que iba a andar mejor, pero cometí los mismos errores que en el Mundial anterior.
– ¿Eso no opaca lo hecho durante el año?
– No, para nada. En Buenos Aires gané varias clasificaciones, series y carreras; estuve peleando de igual con Gabriel Zughella, que es un referente por la experiencia que tiene. Él anduvo muy bien en el Mundial, todo por la preparación que tuvo. Había salido tercero en el Mundial de 2015 y fue antes de la carrera a probar, que es lo que yo no pude hacer. Esa fue diferencia.
– ¿Pensás en el año que viene?
– Sí, estuve hablando con mi familia, que es mi principal sponsor y lo veo muy difícil. Cada vez es más caro correr y todo sale de mi bolsillo, hay otras prioridades en la vida, de las cuales no me quiero privar por correr. El tema es que, si decido ir, no me voy a conformar con menos de lo que hice este año. Quisiera ir por más, apuntar al campeonato y, si lo logro, prepararme bien para el Mundial. Pero todo eso es mucha plata, pedí apoyo al gGobierno pero no lo conseguí. Es muy difícil tener publicidad para el karting. Llegué hasta aquí, sería una pena no poder seguir por falta de presupuesto.
– ¿Mucha gente te ayudó este año?
– Sí, tengo que agradecer primero a mi familia: a mi mamá Susana, a mi hermana Lorena, a mi hermano Silvio, a mi hija Francesca, a toda la gente de Tucumán que me apoyó y me dio fuerzas. Fue muy lindo estar en Portugal y recibir muchos mensajes de aliento y cariño, cosas que uno necesita cuando está lejos. A mi novia Melanea, que este año me acompañó a las carreras y viajo conmigo al Mundial, a su familia, a mi nutricionista Solana Novillo, al equipo Kosmik, fueron ellos los que me dieron el empujón que necesitaba, a Diego, a Mario y a Leandro, que fue mi mecánico estos años en el equipo, a la prensa que muestra y hace conocer lo que hago.
No todos los días Tucumán tiene un piloto en un campeonato mundial. Esteban demostró con creces que llegó a un nivel muy alto en lo que hace y sería una pena que no consiga el presupuesto para seguir representando a la provincia en 2018, de la manera en que lo viene haciendo.



