Enrique Mopty tiene 37 años y es prácticamente el mismo tiempo en que está ligado al automovilismo. Hijo de René Mopty, comenzó en las carreras desde que tiene uso de razón, primero como espectador de su padre, luego como piloto y hoy como técnico de la Federación Tucumana del Automovilismo Deportivo. Hablamos con él en Motorplus Radio y repasamos toda su vida.
- ¿Por qué te dicen “Pitu”?
- Yo nací en la época de Los Pitufos, a mi hermano Agustín no le salía ese nombre y enseñándole, le dijeron primero que diga “Pitu” varias veces, y ahí quedó.
- ¿Desde pequeño entre los fierros?
- Sí, cuando nací, mi papá ya estaba enredado entre los fierros. Recuerdo que era muy chico y vivíamos en el barrio BGH. Cuando Diego Gálvez iba a veces con el auto, le hacíamos la vida imposible por subirnos. Y cuando íbamos a las pruebas en el autódromo, cuando Diego entraba a boxes, hasta que mi papá trabajaba en el auto yo manejaba el Peugeot 504 y Diego iba como copiloto. Tenía nueve años. A los 15 debuté en un auto de fórmula en Salta, después de grande manejé en la calle.
- ¿Tu etapa de pilotos fue prácticamente en autos de fórmula?
- Sí, 1999, 2000 y 2001 hice Fórmula 4 y, desde 2004 a 2012, en la Fórmula Renault del NOA. Fue una muy buena época, porque fue cuando la categoría hizo el cambio de imagen y de la mecánica. Fuimos teloneros de la Top Race y del TN. Ahí recuerdo cuando compartíamos la reunión de pilotos con los mejores del país.
- Muchos buenos resultados, pero sos recordado por ese revolcón en Salta…
- Sí, hasta tengo un video de Motorplus en YouTube, son pocos los pilotos que volcaron en un fórmula.
- Después vino la parte de la técnica, también de la mano de tu papá…
- Mi papá viajaba a todo el NOA como técnico y con él viajábamos desde chicos con mi hermano Agustín. Un recuerdo que me quedó es de una carrera de karting en Santa María, jugábamos entre carrera y carrera a la pelota, con Oscar Pablo Solís, Lucas Candussi y varios más, que eran de mi edad. Hoy me toca de nuevo ser técnico y poder devolver algo de lo que me dio el automovilismo. Empecé en 2013 con el karting de tierra, una categoría muy difícil. Hoy es gratificante cuando te cruzás con alguno de esa época y te recuerdan el buen trabajo que hice.
- Siempre siguiendo los pasos de tu papá, ¿también sos profesor?
- Sí, de hecho, fui compañero de trabajo del papá en la Técnica 2 y hoy tengo una gran carga horaria como docente. También me dedico a la mecánica agrícola y me doy tiempo en el automovilismo.
- Hablando de automovilismo, ¿qué significa la técnica previa en una carrera?
- Lo que se revisa en la previa es que los autos cumplan con las normas de seguridad, que la estructura esté en condiciones, que tenga en condiciones el matafuego, que estén bien amarrados los cinturones y las butacas. En el caso de los autos de rally que estén en reglamento para circular en la ciudad. Trabajan mucho en el motor, pero se olvidan a veces de cosas básicas, como el indicador del gancho de tiro y eso es fundamental cuando hay que sacarlos de situaciones peligrosas y remolcarlos hasta algún lugar seguro, algo que es muy importante para no demorar la carrera.
- ¿Qué se hace durante y después de la carrera?
- Durante, revisar que tengan todos los sellos, algo importante para la paridad en carrera, sobre el final aplicar lo que dice el reglamento. En cuanto al armado del motor, la caja, las suspensiones y todo lo que esté reglamentado.
- ¿Te gusta lo que hacés?
- Lo disfruto mucho, hoy es mi manera de hacer automovilismo. Siempre está la posibilidad de volver, pero estoy casado con Victoria y tengo dos hijas, Micaela y Delfina, que hoy no me dejan. A veces renegás y podés tener alguna discusión con mecánicos y pilotos, pero es entendible por el momento. Pero por lo general pasa rápido, muchas veces discutimos y al otro día me hablan por teléfono o me van a buscar para disculparse. Es el momento y nada más.
- ¿También sos técnico en otros lugares?
- El año pasado me llamaron para hacer la técnica en Jujuy y este año estoy yendo a Santiago del Estero para trabajar en el rally santiagueño.