Disfrutando en la ruta

De eso se trata cuando escuchamos el relato de lo que ocurre cuando un grupo de aventureros en moto salen a recorrer caminos. Nada de preocupaciones; sólo disfrutar del andar en moto por paisajes paradisíacos.

Esta nota trata de un grupo de personas que, cuando tiene algunos fines de semanas largos, se pone un destino y sale a alcanzarlo.

 

Miguel Palomino es un integrante de este grupo y qué mejor que él nos cuente la travesía que realizaron hace algunas semanas.

“Conformamos un grupo muy lindo y, cuando podemos, salimos a disfrutar. En esta oportunidad nos juntamos con un par de chicos que vienen de Buenos Aires, Omar Algo y a quien todos conocen como el “Soldado Ryan”. Lo conozco desde hace muchos años y la verdad no sé cómo se llama. Ellos vienen andando desde Buenos Aires. Aquí nos unimos “Russo” Nieto, Dino Zárate, Alberto Ferreyra y salimos. Pasamos por El Mollar, donde se agrega Isabel Véliz. Desde ahí pasamos por los Valles a Salta, hasta llegar a El Carril, una ciudad que está 50 kilómetros antes de arribar a Salta. En ese punto nos encontramos con Belén Bran, Sergio Rufino, Matías Capriles y Gustavo Capriles, que llegan desde la ciudad de Oran. Ahí cenamos y hacemos noche. Desde ahí partimos hacia la localidad de Cachi, al oeste, donde comenzamos a conocer paisajes increíbles. En ese trayecto se pasa por la recta de Tin Tin, que tiene con seguridad más de seis o siete kilómetros; es muy parecida a la famosa Ruta 66 de Estados Unidos. De ahí vamos subiendo por la conocida Cuesta del Obispo, que tiene ese nombre porque en el año 1974, volviendo de una procesión, volcó un camión y murieron más de 40 personas, entre las cuales estaba un obispo. Es de ripio y bastante sinuosa y llega a Cachi, un pueblito muy lindo, donde hacemos noche en un camping. Al día siguiente bajamos 170 kilómetros por la Ruta 40, que tiene un ripio con muchos serruchos, lo que hace difícil el andar y lo tienes que hacer muy despacio, sino corres el riesgo de caerte. Ahí conocimos lugares maravillosos, como la quebrada de La Flecha, a la que uno mira y no llega a entender cómo se formó. Luego salimos a Cafayate y de ahí nuevamente a Tucumán. Hicimos algo más de 900 kilómetros. En el trayecto pasamos por distintos climas, tuvimos sol y también neblina, llovizna. Realmente increíble.”

– ¿Por qué lo hacen?

– La idea es desconectarse de todo. Hacer ruta es fantástico, sólo vas pendiente de los paisajes, no piensas en nada más. La idea, en definitiva, es disfrutar.

El sólo hecho de escucharlo a Miguel genera curiosidad y, a la vez, una sana envidia por lo que hacen. De ahora en más, cuando veamos esos grupos de motos que van por las rutas, sabremos que están disfrutando, y mucho.

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