El pasado 20 de julio se reunieron algunos integrantes del grupo de amigos del Club de Pilotos Monomarca.
Muchos conocen lo que fue ese club dentro del automovilismo del norte del país, pero algunos se preguntarán de qué se trata.
El Club de Pilotos Monomarca (CPM) comenzó como categoría con los Dodge 1.500, en el año 1985. Fue, sin dudas, la mejor categoría que tuvo la región. Luego de algunos cambios, dejó competir en los primeros años de los 2000, ya conocida como Turismo Competición 1.500, aceptando autos de distintas marcas.
Los integrantes de cada una de las épocas siguen en contacto y conformaron un grupo formado por Sandra Berral, que fue la secretaria en sus comienzos y es la mimada del grupo (ya publicamos en Motorplus sobre una de sus reuniones).
Esta vez nos invitaron a la reunión. Acudimos sabiendo que nos encontraríamos con gente que escribió muchas páginas dentro del automovilismo y no sólo de la provincia. Así que fuimos con muchas expectativas de conocer más sobre nuestro pasado.
Por distintas razones no fueron todos los integrantes, pero con los que estuvieron disfrutamos de muchísimos relatos y anécdotas de lo que fue una época de oro de nuestro automovilismo. Y no sólo de lo que pasó en la Monomarca Dodge (como le decíamos), sino también en épocas más lejanas.
Nos alegramos al ver a Eduardo El Eter, que siempre con su empuje, ya está organizando el aniversario de la creación de la categoría. También estaba Miguel Jorge, varias veces campeón, de muy pocas palabras, pero siempre con algún recuerdo. “Bony” Blasco nos llevó de viaje a aquella oportunidad cuando, con un Peugeot 404, se metió en la historia del TC, en una carrera memorable, contada de una forma que parecía que estábamos en ella.
También fue muy emocionante encontrarnos con Luis “Cachín” Díaz, aquel piloto de Concepción, que siendo muy joven logró el campeonato en una categoría en la que había muchos pilotos de experiencia. “Cachín” también nos llevó hasta la emoción cuando nos hizo vivir aquella carrera de fines de 1991, por lo que fue para él en ese momento y para los que estábamos mirándola. Lo hizo con lujos de detalles, relantando vuelta por vuelta lo que iba pasando, con una caja rota y con un final electrizante, en el que terminó ayudado por su coterráneo Juan Carlos González. Sin dudas, una de las definiciones de campeonato más recordada.
También surgieron cientos de anécdotas contadas por Guillermo Aparicio, Antonio Berral, Rubén Cayetano Salim, Jorge Chico, Ricardo Sáez y algunos amigos del grupo, como los casos de “Tony” Montiel, Luis Carrizo, José El Eter y “Sandrita” (Berral), como le dicen.
De lo que también se habló es de la cantidad de gente que por ahí aparece contando hermosas anécdotas de lo que vivían ellos como espectadores, ya sea como integrante o colaborador de algún equipo, o simplemente desde la tribuna.
Hacer contacto con esa gente para que se prenda en esto de recordar y volver a vivir aquellos que tan lindos momentos nos dio este Club de Pilotos Monomarca es todo un desafío, que ya está planteado.