Desde sus comienzos, la categoría Autocross se caracterizó por correr en circuitos en de los distintos pueblos tucumanos, en donde la gente recibía con mucho entusiasmo y expectativa a sus autos y pilotos.
Monteros, Simoca, El Cadillal, La Reducción, Yerba Buena, sólo por nombrar alguno de los lugares, recibieron el espectáculo. Y también se presentó en la capital tucumana, en el predio que ocupa el autódromo “Nasif Estéfano”. Primero lo hizo en un circuito que estaba dibujado en lo que en principio eran los boxes, con un entretenido trazado. Allí, el público podía ver muy de cerca a los autos. Luego, cuando ya habilitaron la pista, comenzaron a correr en pavimento.