Un avión tras otro, llevando agua para apagar los focos de incendio en el cerro San Javier. Y allí estuvo Joel Drago, hijo del navegante de rally José María Drago, aportando su granito de arena a una organización que tiene varias puntas.
También se supo que el piloto Lucas Mohamed brindó colaboración en este tremendo golpe a la ecología: con amigos y colaboradores, trasladó agua por la ruta que va a San Javier, una y otra vez. Entre todos, se internaron en el cerro junto con los brigadistas para procurar apagar los focos ígneos.
“La idea es simple: tratar de colaborar, de sumar. Él como un apasionado de la aviación, desde temprano se instala en el Aero Club, colaborando con la logística para que las cosas puedan salir adelante” contó José María sobre la labor de su hijo, que toma clases de pilotaje de aviones en el club ubicado en Yerba Buena.
“Joel se instala a las 7 junto con el resto de las personas que brindan esta colaboración. Sólo pararon para un almuerzo rápido y luego a volver a trabajar de manera intensa. El espíritu de la ciudadanía es tremendamente alto. Mucha gente se acercó con sus elementos para ayudar a llenar los tanques, para que los aviones puedan cargar.
En los trabajos participaron bomberos de diferentes localidades, personal de Defensa Civil, Policía Federal y Provincial, guardabosques, Municipalidad de Yerba Buena, miembros del Aeroclub y vecinos que acercaron donaciones. Los aviones forman parte de las empresas de fumigación de las familias Seiler, Yoris y Pilot.
Si bien el sábado se anunció que finalmente se había logrado controlar el fuego, durante la mañana del domingo volvió a verse un intenso tándem de vuelos de aviones hidrantes que siguieron arrojando agua sobre las llamas para ayudar a bomberos y guardaparques, en principio más al sur de los primeros focos.