Con el paso de los años, la presencia de Miguel Ángel Sharruf en el rally se hizo casi una fija. Corriendo, o yendo a ver un prime, o instalado en un parque de asistencia, “Cacho” formó parte estable de una escenografía típica de las carreras. En la mañana del viernes, la enfermedad con la cual venía luchando terminó por vencerlo. Pero el piloto perdurará en el recuerdo de su familia, sus amigos y de quienes lo conocieron.
“Cacho” empezó en los 90 en el automovilismo, corriendo en el autocross. Estuvo muchos años en la categoría. Un día se decidió por incursionar en el rally y participó de carreras en Tucumán y en la región, con resultados varios y ocupando en repetidas oportunidades puestos de podio.
Muy amigable, bromista, Sharruf -de inconfundible figura con sus cabellos canosos- supo hacerle querer en el ambiente. Nacido el 17 de noviembre de 1957 en Castelli (Buenos Aires). Se afincó en Monteros con su familia, aunque por cuestiones de su negocio, también residía en San Miguel de Tucumán. Además de los motores, otra de sus pasiones fue la pesca.
A principios de marzo, conversó con Motorplus Tucumán y contó desde la sala de internación del hospital Kirchner: “dejé de fumar hace un par de años, tuve una trombosis en la pierna y bajé 12 kilos. Hace unos veinte días, caminando, me empecé a cansar. No le di mucha importancia, pero hace una semana me hice unos estudios y me detectaron leucemia”.
Desde aquellos días, luchó por su vida. Incluso, sus familiares y amigos solicitaron de manera frecuente ayuda para que le efectúen transfusiones de sangre.
Desde nuestra redacción, nuestras condolencias a su familia.
