
Poca, poquísima participación tuvo Pablo Ortega en la final del TC Pista Mouras que se corrió en Olavarría. Un toque lateral, a velocidad lanzada y a poco de largar, lo hizo protagonizar un despiste vertiginoso con su Dodge, acción que a poco estuvo de terminar en vuelco.
La pista del “Hermanos Emiliozzi” lejos estuvo de presentarse en condiciones de seguridad para correr una final de autos de gran potencia. Debido a las pérdidas de aceite de carreras anteriores, fue cementada en distintos lugares y esto llevó a que los coches levanten nubes de polvo. Resultado: se perdieron referencias de frenado y de la cinta asfáltica.
Así las cosas, la final se largó con auto en movimiento y los primeros metros resultaron normales. Hasta que llegó el incidente. Ortega, que había salido 11°, venía en el pelotón por la parte interna, cuando de pronto otro competidor salió disparado hacia su posición. Una maniobra extrema para evitar el choque fue en vano, y entonces el Dodge se fue de pista, transitó por el pasto y cruzó un segmento de trazado alternativo; por el desnivel, dio un tremendo salto aunque se mantuvo sobre sus cuatro ruedas. Metros después frenó su marcha.
En comunicación por radio con miembros de su equipo, Pablo contó que vio venir al auto de su rival, pero que nada pudo hacer. “Estoy bien, es increible lo que pasó”, dijo.
La carrera fue ganada por el entrerriano Sebastián Reynoso, con un Ford. Lo siguieron Nicolás Impiombato (Chevrolet) y Lucas González (Dodge).
La próxima carrera del TC Pista Mouras se hará el 18 de octubre, en el autódromo “Roberto Mouras” de La Plata.