
Pudo escribir su propia historia, no demasiado extensa, pero sí muy exitosa. Eduardo Namur supo sobresalir en su época en base a su calidad conductiva. En una primera parte, nos contó parte de su historia. Ahora presentamos la segunda y última, en la que todo se centra en anécdotas del gran piloto.
Gomas peladas y un piñón
“En una Vuelta del Norte me acuerdo que se me ocurrió largar con gomas peladas, como las que usaba en el autódromo. En esa carrera me larga mal Simón Gonzalez, pero a pesar de eso empiezo a pasar autos. Le llego a Cristian Lange ya en la segunda vuelta en la zona del Cristo y doblamos en una curva a la par. Ahí una piedra rompió el vidrio de mi auto, unas curvas más adelante él levantó tierra y cuando salí de la tierra lo veo a él cruzado delante de mí. Le vi la cara al “Alemán” y para no pegarle me voy afuera y le pego a un mojón. Fuerte piña fue esa”.
Cuando iba a correr con “Pirincho” Parra
“En esa época se corrían las 24 horas de APAT. En el 73 habían corrido Roque Namur y ‘Pirincho’ Parra, habían andado bien, pero rompieron una maza y abandonaron. Al año siguiente lo vuelven a invitar Pirincho a Roque, pero él ya había dejado de correr y le dice que me lleve a mí. Y fuimos. En esa oportunidad eran 12 horas. El equipo en el que correríamos era el de Grossi, quien corría con Gervasoni con un auto y nosotros en el otro. En los entrenamientos, Grossi hace 2’12” en la mejor vuelta, Pirincho hace 2’14” y después me mandan a mí. Me dijo el preparador que no lo acelere mucho al principio, porque era un motor nuevo, que él me haría señas cuando debía pisarlo, yo no conocía el autódromo. En la tercera vuelta me hace señas para que acelere. Me acuerdo que me puse atrás de Fernandino, tratando de seguirlo, porque él era bueno, así de paso conocía el circuito. Me fui afuera en el curvón. Después de cinco vueltas, me hacen entrar, me preguntaron cómo lo sentía al auto y les dije que estaba muy duro. Pero no me dieron mucha importancia, me callé y me fui. Yo era muy reservado, no me dijeron el tiempo y no pregunté. Entonces lo hacen salir a Grossi, yo no sabía por qué. Cuando fuimos a comer me senté al lado de un mecánico, que me preguntó si yo ya había andado ahí. Le dije que no y no me quería creer. Me dijo que le había bajado dos segundos a Grossi. Para la carrera, ‘Pirincho’ me dice que largue yo, pero no quise, por miedo a romper el auto de entrada, eran 12 horas. Cuando comenzó la carrera ‘Pirincho’ venía décimo, detrás de Garro, a este se le salió una rueda y la agarró ‘Pirincho’ y se rompió el auto, así que agarré el bolsito y nos volvimos.
Nasif relator
“En una Carrera que corría con Nasif recuerdo que, entre tantas cosas que hacía él, era que por momentos hablaba. En un desafío, había aceite en la ruta y ahí se puso a relatar la carrera. Decía que en algún momento encontraremos el no va más de algún competidor en la carrera y más adelante había un auto parado. ‘Es Roque’ me dice. Después rompimos nosotros. Recuerdo que bajamos en punto muerto y en un momento me quiero sacar el casco y me retó. Me dijo que a pesar de ir despacio teníamos que ir con el cinturón y con el casco puesto. Por eso lo que dicen de que a Nasif le gustaba correr sin cinturón no es cierto”.
Los consejos de Nasif
“Cuando él ya vivía en Buenos Aires, venía a Tucuman periódicamente a cobrar unas publicidades. Yo lo tenía que buscar del aeropuerto y lo llevaba a una pensión en la que yo paraba. Ahí se bañaba, se cambiaba, y se iba a cobrar. Después íbamos a Concepción, pero ahí ya manejaba él. Recuerdo que me decía ‘al auto tenés que llevarlo así o así’ y me enseñaba. Pero me decía ‘hacelo tranquilo porque esto me llevó años aprenderlo a mí’. Y eso les puedo transmitir a los que hoy me preguntan algo. Me acostumbré a llevar el auto lo más prolijo posible, sin trabarlo. Tenés que resolver con la cabeza lo más rápido posible, tenía sensibilidad con el auto y todo eso me enseñó Nasif”.
Cuando lo felicitó Juan Manuel Fangio
“Una vez, cuando corrí en La Rioja para la inauguración del autódromo, Menem era presidente y lo invitan a Fangio. Yo tenía a mi tío Alfredo, que era muy observador. Clasifiqué primero y se largaba con bandera. Él me dijo ‘el largador cruza caminando diciendo no, porque los autos se mueven, si no pisa la tierra, no larga y se vuelve hasta que se acomoden. Ahora cuando sale y pisa la tierra larga’. Yo esperé, el largador se volvió dos veces, en la tercera cuando piso la tierra yo largué, casi al mismo tiempo que bajaba la bandera, le saqué cien metros a Farina, di unas vueltas y se rompió el diferencial. Cuando estábamos con el equipo, se acercó Fangio y me dijo ‘te vine a buscar para decirte que te felicito por la largada, mirá que vi largadas, pero nunca vi largar así’. Yo no lo podía creer”.
Las chupadas
“En esa época era normal viajar chupados con otro auto. Una vez, Carlos Acotto largaba delante nuestro. Yo iba con Nasif, me dijo que le pregunte si podía ir chupado con nosotros, le pregunto a Nasif y me dice ‘sí, no hay problema’. Le digo a Acotto y él me dice ‘no te olvides de avisarme si viene alguna curva peligrosa’. Él largaba adelante, lo hace y espera que lo pasemos, comenzamos a andar hasta que se vino la primera curva con un puente. Ahí me agarré fuerte y me dije ‘ay mamá, aquí no doblamos’ y me olvidé de hacerle señas a Acotto. Cuando doblamos Nasif me dice ‘miralo a Acotto’. Venía con las ruedas en el alambrado, por suerte lo pudo sacar, ¡pero me dio una retada!”.
Sencillo y agradecido de lo que le tocó y le toca vivir, Eduardo hoy sigue ligado al automovilismo, puesto que integra el comité de apelaciones de la Federacion Tucumana de automovilismo Deportivo.
Desde Motorplus, queremos sólo agradecerle a Eduardo por compartir con nosotros tan lindos recuerdos.