La nota que aquí reproducimos fue publicada por la revista Automundo en 1966. Comenzaba con el siguiente párrafo: existe un club, que se llama Asociación Tucumana de Automóviles Standard, aunque de stándar no tenga nada, que organiza carreras. Las hace en circuitos, en rutas y también en total similitud con ‘modalidad EE.UU.’ carreras de Drag sobre ¼ de milla. Pero en una se pasaron: “La Trepada de Montaña”, que se hace cada 60 días en el cerro San Javier, con un campeonato de la especialidad.
Fue por mediados de los años 60 cuando un grupo de 15 personas comenzaron con la idea de hacer algo por el automovilismo del Noroeste argentino. Rápidamente el numero subió a 250 socios, que necesitaban un lugar para reunirse. Alquilaron lo que había sido una carnicería, con ganchera y mostrador. Lo habían alquilado el miércoles y lo habilitaron el domingo. Entre los que pusieron el hombro estaban el doctor Rolf Focke, Fermoselli, Stefanutti, Andrés Reginato y Eugenio Quaia. Lo que tenía de bueno el local es que por un pasillo interno se llegaba a un café, donde funcionaba la peña oficial. Reuniones formales en un local y las otras en la mesa amiga del café”.
Es ahí donde nació el Rally de las Sierras de Tucumán, que no era un juego de niños. El circuito comenzaba con una trepada de velocidad libre a San Javier. Seguía el descenso a promedio impuesto por Villa Nougués y San Pablo. Nuevamente la trepada en velocidad libre hasta San Javier. Se regresaba con promedio impuesto por el camino de la Ciudad Universitaria, Raco y Tapia. Cerraba el circuito el tramo en velocidad pura entre Tapia y Tafí Viejo por la ruta 9 y de allí al punto de largada.
Pero era una de las carreras que organizaba ATAS. También se hacían las picadas y aquellas famosas Vueltas del Noroeste.
La que mas prendió fue la reconocida trepada a San Javier, de la cual dejamos registros de tiempos de una de las tantas que se hicieron. Se pueden observar nombres de pilotos que hicieron historia.
