El Dakar 2021 y su final, puesto bajo análisis

POR RICARDO NEME (#)

Fue un Dakar especial, dadas las circunstancias por la pandemia, las situaciones logísticas y demás.

Se cambió el rumbo hacia un Dakar más tradicional, de navegación. Las dificultades del terreno, el cansancio, las distancias fueron cosas que se volvieron a poner en juego.

Las oportunidades se han equiparado entre los equipos oficiales y los otros, al haberse sacado las ayudas que tenían los más poderosos, como por ejemplo, el tema de los mapas. Obviamente, en el máximo nivel sólo pueden “jugar” los equipos oficiales y algún piloto con un equipo satélite. El Dakar sigue siendo sumamente complejo en lo económico y en lo logístico, en la preparación y el profesionalismo que requiere a quienes participan.

Párrafo aparte para las victorias de Kevin Benavides y Manuel Andújar. Y también para la de Francisco “Chaleco” López. Son tres sudamericanos en los puestos más altos de categorías importantes. Eso nos tiene que llenar de orgullo y habla a las claras sobre que el paso del Dakar por nuestro continente dejó una huella imborrable, que permitió que muchos pilotos -entre los que me encuentro- hayamos podido correr. Y en casos como los citados, plantearse el desafío de ganarlo.

Andújar logró un triunfo muy meritorio. Viene trabajando desde hace tiempo para estar arriba en Cuatriciclos.

Benavides alcanzó una victoria superlativa. Que haya logrado ganar en la categoría más difícil y peligrosa de la carrera más difícil del mundo, es para sacarse el sombrero.

No sé si mucha gente se imagina el esfuerzo que se hace para correr el Dakar. El sólo hecho de decidir participar es un desafío enorme. La preparación requiere de muchos años, tanto en lo físico como en lo mental.  Después está el armado del equipo, el seleccionar a la gente que te va a rodear. A esta carrera no se la puede correr solo. Necesitás quienes te resuelvan cosas, te acompañen en cada reto que se plantea. Además, hay un esfuerzo económico enorme. Y hay un esfuerzo logístico para disponer de los medios en el el momento y el lugar adecuado. 

Ya correr un Dakar es una victoria. Haberlo hecho en el nivel en que lo hizo Kevin desde el primer día, con el apoyo de una marca oficial, que no era la que venía ganando, es extraordinario. Honda ya había dado aviso el año pasado, cuando Ricky Brabec ganó, con Benavides peleando hasta que el motor de la moto le dijo basta.

Que Kevin haya ganado nos pone contentos a los argentinos, y particularmente a quienes amamos esta disciplina del rally raid. Los que corrimos un Dakar, entendemos perfectamente la magnitud de lo que logró. Lo puso al mejor nivel, y con la edad que él tiene, cuenta con todas las posibilidades de seguir creciendo.

Lo que hizo me puso orgulloso. Lo conocí, tuve oportunidad de charlar. Es una persona espectacular.

Con respecto a otras situaciones que dejó la carrera, el triunfo N°14 de Stephane Perterhansel fue impresionante. Él es inigualable. Su velocidad es suprema, su aplomo para manejar tantos días y tantos kilómetros en el estado adecuado para esta carrera es increíble. Fundamentalmente, se destaca el hecho de que logró sortear al máximo nivel las dificultades de la navegación. Ahí es donde la experiencia significa muchísimo.

Se terminó otro Dakar. Se mantuvo la vigencia de la carrera, la pasión. Cada vez que finaliza, me asaltan las ganas de volver a participar. Me encantaría poder tener esa posibilidad.

(#) Corrió el Dakar en 2018

 

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