
Cuando las condiciones de manejo de un piloto son buenas, este puede pasar un tiempo sin correr, pero el oficio jamás se olvida. Eso aplica para Pablo Ortega. A más de un año y medio de haberse subido por última vez a un auto de la Clase 2 del Turismo Nacional, volvió a competir y lo hizo en tiempos de punta. La frutilla del postre fue el podio que logró en la fecha 6 de La Plata, al terminar segundo en la carrera del domingo.
– ¿Cómo fue el proceso que te devolvió al TN?
– Un día decidí volver y hacer una prueba. Los preparativos se hicieron y estuvimos con mi gente, incluyendo a mi papá, analizando una o dos semanas cómo podía darse. Una de las cosas que veíamos era el auto que teníamos a mano era indicado.
– Una vez que hiciste contacto, ¿cuál fue el plan?
– La idea es que todo fuera con cierta paciencia. El equipo me decía que su plan era tratar de entrar de que entre los 20 clasificados; yo quería estar entre los 15. Me dijeron que era mucho. No hay que olvidar que el objetivo que teníamos con el BT Racing era tratar de ponerlo a punto para pelear por algo recién en 2021.
– ¿Cómo encontraste al Fiat Argo?
– No andaba bien, tenía falencia de trompa, no lo podía hacer traccionar. En San Nicolás, donde hice las pruebas, nos pusimos a trabajar para mejorarlo. A cada vuelta que daba se iba superando.
– Cuando llegaste a La Plata, ¿notaste más mejores en el auto?
– Llegué el viernes, sobre la hora. Pero apenas me senté en el Argo ya noté que tenía varios cambios con respecto a la última vez que lo manejé.
– ¿A quién le asignamos este avance?
– A todos. Yo no soy un extraterrestre: si el auto funcionaba, podía estar adelante, sino no. En equipo hizo su parte para lograr este mérito.
– ¿El hecho que se adaptes a autos de distintas categorías te ayudó esta vez para apurar los tiempos?
– Sin dudas. La experiencia sirve, me ayudó esta vez. Y mucho.
– Al final te vimos exhausto. ¿Te faltó preparación física?
– No llegué al límite de mis fuerzas, pero sí me cansé. Y aunque entrené mucho para volver, me faltó estado físico. Además, no hay que olvidar que había 30 grados ambientales al momento de la carrera, pero adentro del auto eran 70. El auto no tenía ventanilla para aire, así que en las pausas con pace car abría la puerta para que entre algo de aire.
– ¿Cómo fue el momento en que llegaste a boxes después de terminar 2°?
– Me abracé con todos al llegar. Los chicos del equipo venían de carreras malas, de estar en los últimos puestos. Tenían cero ganas de continuar.
– ¿Te sentiste como una estrella de rock en este regreso?
– Jajaja. No sé, quizás sí para el equipo lo fui. Además, mucha gente de la categoría se puso contenta, sentí una súper buena onda. Volver después de tanto tiempo, y andar como anduve, los sorprendió.
– Imaginamos que a la última fecha no vas a faltar…
– Por el momento, voy a la última. Pero con todo lo que estoy pasando con la pandemia, estoy yendo día a día.