Siempre logra sobreponerse

Más de dos años y medio habían pasado desde la última vez que Carlos Moreira Gibilisco había corrido por última vez. Eso sucedió en noviembre 2017. Y aunque tuvo una incursión en el medio en el autódromo de Las Termas, “casi que no se la puede contar, porque fui sólo a participar” dijo el piloto. El fin de semana pasado, en el “Oscar Cabalén” de Córdoba, volvió a correr en la Fórmula Renault Plus. Y en una de las finales hasta se subió al podio.

“El auto se portó bien. Eso sí, estaba con el reglamento viejo, cuando le bajaron la compresión a los motores para emparejarlos. Pero en el nuevo eso cambió. Y yo lo sufrí, porque daba ventajas de entrada. En la recta, por ejemplo, en la subida perdía de 12 a 14 kilómetros por hora”, contó.

“Carlín” dijo que lo dio todo en los frenajes, y en las zonas de aceleración. “Le di tal cagada (sic) al auto, que un rulemán del portamazas trasero quedó a la miseria”.

El piloto contó que, con su papá Carlos, fueron hablando durante el viaje a Córdoba sobre que, dada la situación, no iban a tener ninguna pretensión en la carrera. Que este retorno iba a ser para acomodarse. “Esa era la premisa. Además, quería disfrutar, viajar, salir un fin de semana haciendo lo que me gusta”, aseguró. Pero…

“El sábado me sorprendí con el rendimiento del auto, y de mí mismo. Me animé. Aunque la carrera muy exigente, nunca perdí el ritmo. Ayudó el hecho de que venía andando en karting. De todos modos, estar en situación de carrera es otra cosa”, reflexionó.

Antes de viajar, surgieron distintos problemas. Hasta se le rompió la bomba de frenos del auto en el taller, una pieza única y difícil de conseguir. Pensó en no ir, pero desde Córdoba llegó una salida: le gestionaron una allá. La vuelta también tuvo sus cosas. Debido a que le pidieron que desarme el motor, hubo demora en salir a la ruta. Y no llegó al horario máximo de pase por el límite provincial que impone Tucumán para ingresar. “Nos quedamos a dormir en una estación de servicios de Las Termas, a la espera de la reapertura. Por suerte Pamela, mi hermana, pudo abrir el negocio en la mañana del lunes, hasta que nosotros pudimos llegar”.

“Carlín” dijo que junto con su papá volvieron contentos, mucho más con un puesto de podio. Y en el medio no olvidaron a “Lito”, abuelo y papá de los viajeros, fallecido este año. “Pensé mucho en él. Sé que desde esté, me estuvo ayudando en cada obstáculo que se iba dando. Y lo fue solucionando”.

Sobre cómo vivió en la burbuja que se armó en el “Cabalén”, aseguró que hubo que improvisar varias cosas. “No se podía salir por nada, pero a mí no me afectó. Disfruté estando tres días seguidos en el autódromo. Extrañaba esa vida. Eso sí, por los problemas que surgían en el auto, ¡trabajé a lo loco!”

Por delante asoma ahora la carrera de Río Cuarto, del 6 de diciembre. “Ya tanto los hice renegar a mis rivales, que no me voy a perder nada de los que viene. Estuvimos muchos años tratando de hacerlo andar al auto, ahora hay que aprovecharlo al máximo”, dijo “Carlín” con naturalidad. Y, en la despedida, no olvidó a quienes le dieron una mano para correr. “Lo que hacen por mí es muy lindo. A ellos les dedico el trofeo que conseguí”.

 

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