
Ellos y ellas representan la extensión de los ojos de un piloto, y de su alma. Les llaman navegantes, copilotos. Los une con quien maneja la máquina la confianza mutua en eso de llevarla lo más rápido posible, a destino y sin complicaciones. El/la que va sentado/a a derecha es guía, consejero/a, aquel o aquella que da la palabra de aliento y trabaja arriba y abajo del vehículo. Hasta a veces oficia de psicólogo/a.
El 29 de octubre se conmemora el Día del Navegante en honor a Daniel Urrutia, compañero de Juan Manuel Fangio que perdió la vida en la mítica carrera Buenos Aires-Caracas.
De entre la gran cantidad de mensajes de salutación que se vio en las redes, de pilotos a navegantes, elegimos uno, el que Eduardo de la Riestra le dirigió a Alberto Álvarez, por su contenido y sensibilidad.
“Feliz día amigo Alberto Álvarez. La coincidencia de estos últimos días: leer todas las mañanas posteos de José Luis Cadiñanos. Pidiendo por la recuperación de su amigo de la infancia, Rubén Posse.. Y me recordó mucho a nosotros, amigos de la infancia. Y me emociona y también pensaba que muchas personas nacen para algo y qué mejor definición de navegante. No sólo de un rally, sino de la vida. Guiando, apoyando la vida de alguien. Así que bueno, quiero desearles un feliz día. Y gracias por leer la hoja de vida siempre. A pesar de distintos credos que pueda tener cada uno. Los que nos subimos a un auto de carreras no dejamos Dios ni santos en quien encomendarnos. Todas las bendiciones para que sigan cantando las hojas de rutas. Guiándonos y sacando lo mejor de nosotros. Abrazos”.