
Fueron dos pilares del Concepción Auto Club y del automovilismo tucumano. Luis Basualdo y Gustavo “Chivo” Valeros. Imposible olvidarlos.
“Luisito” fue una gran persona, incansable en lo que se le pidiera. Si se necesitaba algo inherente a la carrera, lo brindaba. Tenía siempre a la prensa informada y cuando llegaba la carrera era el primero en estar ya desde las inscripciones y hasta el final de un rally cuando repartía la carpeta de los tiempos a todos los medios.
Y Gustavo fue el pilar para construir cada una de las pruebas que organizaba el CAC. Era el que estaba desde el día uno en el camino y en cada lugar por donde tenía que pasar el rally. Desde recorrer la ruta hasta el armado de las asistencias y las pruebas súper especiales. En carrera se lo podía ver en todos lados, resolviendo cualquier problema que surgía, y más allá del cansancio que esto le ocasionaba, siempre tenía un chiste o una broma que hacía reír y pasar un buen momento.
Dos grandes amigos. ¡Cómo olvidarlos!