Cuando uno compra una moto, o se la compra a su hijo, se pregunta: ¿Dónde podría ir a aprender o que aprenda lo básico para comenzar, no terminar en el suelo y con algún golpe?
En Tucumán, encontramos una solución: una escuelita de aprendizaje en el circuito “Motocross La Rinconada”, ubicada al frente de los toboganes de agua.
Hablamos con quien está a cargo de esta escuela, Maximiliano Lerda, para que nos cuente de qué se trata.
– ¿Cuándo comenzaste con esta escuela?
– Fue hace tres años, cuando arrendé el predio y armé un circuito. Enseñar es algo que me gusta mucho. La idea es que conozcan lo que hace la moto, cómo dosificar la potencia y las posturas del cuerpo, los brazos y las piernas en las distintas situaciones del terreno. En el circuito además está conmigo Juan Sánchez, un preparador físico, que también se encarga del chico, puesto que es muy importante esa parte para poder practicar el deporte.
– ¿Cuál es la edad para poder ir a la escuela?
– Pueden ir desde los cinco hasta los 13 años, con ellos estamos todos los domingos. Después hay un grupo de hasta 35 años que está yendo los sábados a la mañana.
– ¿Cómo es el circuito?
– No tiene obstáculos difíciles. Se lo hizo así pensando en los más chicos, para que no les sea difícil andarlo y no haya peligro de caídas. Los chicos, por ahí, van más rápido que la moto y el circuito les permite andar tranquilos. Es básico y simple.
– ¿Se hacen competencias en el circuito?
– No, la idea es que los chicos hagan las cosas tranquilos y que no piensen en competir. En la escuela todos se hacen amigos y disfrutan de lo que hacen. A veces, si alguno rompe la moto, otros no dudan en prestarle la suya para que siga. Se formaron grupos muy lindos que además siguieron con la amistad fuera del circuito. Todo se hace en un ambiente muy familiar, en el que los padres también entablan amistad y ayudan en lo que pueden. Por ahí el circuito se rompe en algún sector y ellos no dudan en agarrar una pala y darnos una mano. Por la situación, hoy sólo pueden ir con un padre, todos con barbijos, alcohol y respetando distancias. Cuando pase esto podrá venir toda la familia a pasar lindos momentos.
– Además de contar con la moto, ¿qué otros requisitos hay?
– Lo más importante es la seguridad, por eso se les exige toda la protección necesaria para el cuerpo, como ser las botas, pechera, rodilleras, coderas y, por supuesto, un buen casco.
– ¿Después de las primeras enseñanzas ya pueden competir?
– Sí, el año pasado participaron del Campeonato Tucumano de enduro varios de los que vienen a la escuela. Ahí también los ayudamos en lo que se puede. Cuando pase esto que se está viviendo ahora pensamos hacer un campeonato propio.
– ¿Tenés buena cantidad de alumnos?
– Sí, hay grupos de varios chicos. Además también están los que hacen otros deportes y usan el circuito para entrenar. Andar arriba de la moto ayuda mucho para mantener el cuerpo activo. Nosotros tenemos el caso de los hermanos Lorenzo y Bautista Daz, que llegaron por medio de su amigo Nicolás Collado y les sirvió para entrenar hasta que comiencen las carreras de karting. Pero se entusiasmaron tanto que seguro van a seguir viniendo.
Es la mejor elección a la hora de hacer los primeros metros en una moto. Un lugar donde aprender a hacer las cosas y aprenderlas bien, algo que servirá para no correr más peligro que el debido y no hacer poner en riesgo a terceros, que también es muy peligroso. Para eso está la escuelita. A darle el uso necesario.