
Con esta entrega, llegamos al final del relato sobre la carrera deportiva de Rubén Cayetano Salim. El piloto que marcó una época compartió a través de Motorplus Tucumán sus vivencias, innumerables y cargadas de adrenalina.
– ¿Hiciste amistad con muchos pilotos?
-Sí, por que estaba muy ligado a los equipos oficiales. En Peugeot con Garro, Pisandelli, y en Fiat fue con Carlos Reutemann, el era piloto oficial. Además venía a Tucumán una vez por mes a cobrar su publicidad y ahí teníamos muchas charlas. Lo mismo que con Nasif, que también tenía varias publicidades de la provincia.
-Seguro tenés alguna anécdota con alguno…
– Yo siempre fui muy prolijo para correr y por suerte entablé amistad con muchos pilotos muy buenos de aquella época. Reutemann era uno de ellos. Era extremadamente detallista, un estudioso de los circuitos, que también sobresalió en la Fórmula 1 por su prolijidad para llevar un auto de carreras. Una vez, cuando llegamos a correr las “24 horas de APAT” con “Pirincho” Parra me dijo: “querés conocer el circuito, lo caminemos”. Caminamos los más de 4.000 metros, hay cosas que cuando estás arriba del auto no te das cuenta y cuando lo caminás las descubrís. “Cuando llegués a un autódromo que no conozcas, tenés que caminarlo, llevate una naranja o una pelotita, en las curvas que te cuestan largala y fijate el radio que toma. Ese es el radio y después parate a la salida de la curva y fíjate dónde tenés que salir”, me dijo. Y cerró: “El que entra despacio, sale fuerte y el que entra fuerte, no sale”.
-¿Con Nasif también tuviste relación?
-Sí, yo me enteré corriendo un gran premio de la muerte de Nasif, llegamos al primer control de la carrera y nos avisaron. Fue un momento muy duro para mí, ahí se me pasaron muchas cosas que viví con él. Pero me acuerdo de una en especial: cuando yo quería comenzar a correr, le dije “dame una mano, quiero correr una carrera, aunque sea una”. Y me dijo: “Yo te doy una mano para correr esa carrera, pero esa carrera es la única que no tenés que correr, porque después no dejas más”. Y así fue, tenía razón.
Así como esas, hay miles de anécdotas. Fueron muchos años de automovilismo, muchos títulos y un sinnúmero de carreras en lo más alto del podio. Por su lado pasaron muchos preparadores y muchos modelos de autos. Con todos ganó y eso hizo que Rubén Cayetano Salim sea uno de los más importantes pilotos que tuvo la provincia, y muy respetado a nivel nacional.
-¿Por qué tuviste tantos triunfos?
-Porque siempre tuve buenos autos y una buena logística. Siempre estaba varios días antes de cada carrera, me tomaba mi tiempo para conocer los lugares, probaba mucho. Llegué a tener cerca de 100 cubiertas armadas de distinta marca, y probaba cada una y decidía con cuál correr. En esa época eso era fundamental, algunas cubiertas eran más pesadas y duraban mucho, en cambio había otras que eran más livianas, eran más frágiles y había que saber llevarlas. Ese es sólo un detalle, como ese había muchos más.
Desde Motorplus Tucumán saludamos a este grande. En cinco entregas, hicimos un resumen, sólo un resumen de lo que fue y dejó. Hay muchísimo más, pero para nosotros en muy importante que algunos recuerden y que otros conozcan a estos personajes que hicieron grande el automovilismo.
Gracias Rubén.