# Por RICARDO NEME

– Antes de hablar de la segunda etapa, voy a contarles que hablé con Sebastián Scholz, que es integrante del equipo Colcar y un navegante muy conocido en Tucumán y con varios Dakar encima. Me contó que Glavic Tomislav, el navegante de Martín Maldonado, tuvo un golpe a los 2,5 kilómetros de haber comenzado la carrera. Se encuentra bien, las tomografías mostraron que tiene tres vértebras fisuradas que no afectaron la médula, así que lo controlarán un par de días, pero su estado es bueno. Lo que les pasó fue algo parecido a lo de mi navegante en el Dakar anterior, Ramiro Corvalán, por lo cual también quedamos fuera de competencia. Pero hay que estar contentos de que no fue grave, los fierros se cambian, las espaldas no y siempre habrá una carrera para tomarse revancha.
La segunda fue una etapa larga, no tan compleja, mucha arena pero no tuvo muchas dunas. Fue de mucha navegación, con mucho fesh-fesh. El problema mayor fue el polvo, más las motos que salieron detrás de los autos y encontraron un terreno con muchas huellas y roto. A pesar de eso anduvieron a fondo (180 km/h) gran parte de los tramos donde no había dunas. El problema también fueron los cortes. Cuando se anda tan rápido en terreno plano, ocasiona vuelcos o como le ocurrió a “Orly” Terranova, que en una caída después de un corte, se golpeó la espalda y no pudo seguir.
Charlando con algunos pilotos, saqué conclusiones personales de que al ser una carrera más corta y con un campamento fijo, con el equipo más descansado que cuando hay que trasladarse, algunos salieron a acelerar todo desde el principio, y por eso tantos vuelcos. Al Dakar siempre hay que respetarlo.
Los chicos que fueron mis navegantes, como Ramiro Corvalán en el Dakar anterior y Fernando Acosta en el Canav, están en carrera, Ramiro con Omar Gándara con el UTV en el medio del pelotón. Fernando, con el salteño Ramón Núñez con una camioneta, está haciendo una carrera muy tranquila, tratando de no complicarse.
Les dejo el informe de Ramiro, que desde adentro nos cuenta cómo fue la etapa: “venimos bien, la segunda fue una etapa dura, larga, con pocas dunas, pero muy técnicas. Estamos conociendo el auto (UTV), no deja de ser un autito estándar, muy distinto de llevar que la camioneta. Rompimos un par de correas y un par de gomas. Pero venimos tranquilos. La idea es ir de menor a mayor, pasar estas cuatro etapas y después ver cómo estamos y empezar a acelerar para colocarnos un poco mejor.”