
Tal cual el devenir de los hechos desde que se largó el Rally Dakar 2018, Ricardo Neme puede considerarse un “sobreviviente” de la prueba. El piloto que maneja una Toyota SW4 con Ramiro Corvalán a su derecha, pudo superar con algo más de tranquilidad (con respecto a días anteriores) el desafío que le propuso la quinta etapa de la prueba, que se desarrolló entre San Juan de Marcona y Arequipa, en Perú.
“Después de dormir muy poco, salimos de nuevo ala ruta. Y nos enfrentamos con un tramo que tenía sus complejidades, pero nada que ver con respecto a los días anteriores. Pudimos cerrarlo a eso de las 17 y después ya entramos en el enlace, que era de unos 500 kilómetros (lento y peligroso), rumbo el vivac en Arequipa”, contó “Ricky” apenas superó la exigencia del día.
El piloto contó que durante la quinta jornada la camioneta no acusó problemas, que sólo tuvo una encajada en la arena (“pero menor”) y que, en general, el ritmo que impuso fue tranquilo. “Veníamos en tándem con Gándara, que había roto el diferencial de su máquina. Lo bueno fue es que pudimos avanzar en el terrano.”
También tuvo tiempo para recordar lo que vivió entre el martes y el miércoles a la madrugada. “Todo fue muy complicado. Demasiado. A las roturas en la Toyota se sumó la llegada de la noche, aún lejos del objetivo. Con la oscuridad, dan un poco de miedo las dunas. Yo luchaba contra mi cabeza: me sentía decepcionado porque no podía hacer más de lo que hacía, varias veces pensé ‘hasta aquí llego, esto se termina’. Es que no se veía nada. Las dunas son un acertijo de día, imagínense de noche. Rescato la solidaridad de la gente del lugar, que ayudaba para que pudiéramos encontrar la mejor manera de superarlas. Encima manejar sin dirección hidráulica era tremendo.”
Cuando se le consultó sobre sus emociones en esos momentos difíciles, “Ricky” fue claro. Con voz casi quebrada dijo: “estaban al límite. Hay tanto detrás de este proyecto que uno no puede sentir otra cosa.”
Lo que viene es el último tramo en territorio peruano, antes de que la caravana pase a Bolivia. La etapa Arequipa-La Paz se iniciará para los Autos a las 9.09 de la Argentina. Se dejará el desierto peruano para abordar la montaña boliviana. Hay un especial de 313 kilómetros de velocidad por recorrer y un enlace de 447. Al final del día, un bálsamo: llegará la doble jornada de pernocte.